* Francisco celebró la misa de Pentecostés, en la que los católicos celebran la venida del Espíritu
VATICANO.- El papa Francisco afirmó que lo peor de la crisis que ha causado esta pandemia será “el drama de desaprovecharla”, durante su homilía en la misa de Pentecostés celebrada en la basílica de San Pedro.
Al igual que durante los ritos de Semana Santa, en el ábside de la basílica, en la llamada “Cátedra de San Pedro”, ante unos pocos fieles distanciados en los bancos, Francisco celebró la misa de Pentecostés, en la que los católicos celebran la venida del Espíritu Santo.
En su homilía el pontífice argentino se refirió al momento que está viviendo el mundo y afirmó que los tres enemigos de esta pandemia son “el narcisismo, el victimismo y el pesimismo”.
“En esta pandemia, cuánto duele el narcisismo, el preocuparse de las propias necesidades, indiferente a las de los demás, el no admitir las propias fragilidades y errores”, dijo.
Para Francisco “en el drama que vivimos, ¡qué grave es el victimismo! Pensar que no hay nadie que nos entienda y sienta lo que vivimos”.
Calificó de “dañino” el pesimismo, el “ver todo negro y repetir que nada volverá a ser como antes. Cuando se piensa así, lo que seguramente no regresa es la esperanza”,dijo.
Francisco pidió entonces para que se nos libre “de la parálisis del egoísmo y enciende en nosotros el deseo de servir, de hacer el bien”.
“Porque peor que esta crisis, es solamente el drama de desaprovecharla, encerrándonos en nosotros mismos”, agregó.
En su sermón, el papa se refirió a la Iglesia y explicó que “la tentación ( de los hombres de la Iglesia) está siempre en querer defender a capa y espada las propias ideas, considerándolas válidas para todos, y en llevarse bien sólo con aquellos que piensan igual que nosotros”.
Consideró que a veces el mundo ve a la Iglesia dividida en “de derechas y de izquierdas” entre “conservadores y progresistas”, pero que “el Espíritu ve hijos de Dios”.
“La mirada mundana ve estructuras que hay que hacer más eficientes; la mirada espiritual ve hermanos y hermanas mendigos de misericordia”, añadió y exhortó a que se regrese “al día de Pentecostés y descubramos la primera obra de la Iglesia: el anuncio”.