Viacrucis, con un sentir diferente

* Recorrieron cargando las imágenes, por las calles en donde se tuvieron alfombras

Por Epigmenio ROJAS CASTRO y Jesús Manuel ROJAS FRANCO

CHOLULA.- Con un sentimiento distinto al de años pasados, cientos, quizá miles de católicos, participaron en el viacrucis de las Tres Caídas del Padre Jesús, tuvieron que pasar 2 años para volver a vivir estos momentos.

En el templo de San Pedrito, todo estaba listo, se aguardaba la presencia del sacerdote, quien llegó a la hora indicada, la Hermandad de Cargadores de la imagen de Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas, en hombros sacó dicha imagen, ya aguardaban en la calle Miguel Alemán, las imágenes que acompañarían por todo el recorrido a Jesús, y ahí a las puertas del templo, se recordó la primera caída.

El sonido del tochacate, se escuchaba y en más de uno, la piel se le enchinaba, se notaba la atención de todos en las palabras del sacerdote, reflexionaban sobre los efectos de la pandemia y de otros problemas que aquejan a la humanidad.

Se inició el viacrucis, entre rezos, cantos y lamentaciones, paso lento, muy lento para ir avanzando, las calles en su mayoría con alfombras multicolores, con pasajes e imágenes de la vida, pasión y muerte de Jesús.

La inmensa mayoría de los asistentes, con cubre-boca, en momentos por el calor que se sentía, se lo bajaban, pero la familia le pedía volver a usarlo de manera correcta.

La procesión siguió por la 7 Norte hasta la 4 poniente y así a paso lento fueron recorriendo las calles hasta llegar a la parroquia de san Pedro Apóstol, en donde recordó la segunda caída, el sermón propio para ello.

Era más gente la que ya se había concentrado, siguieron por el portal Guerrero, para llegar a la avenida Hidalgo, continuar por la Morelos hasta la 2 Norte, y así ingresar al enorme atrio de la Capilla Real o de Naturales, e ingresar a dicho templo, donde terminaron el viacrucis, y proceder a la crucifixión de Jesús, y de los ladrones.

Llegó finalmente el momento, la muerte de Jesús, el sermón de las 7 palabras, y poco a poco, los fieles se fueron retirando, para regresar más tarde y bajar la imagen, para llevarla a Santo Sepulcro.