CHOLULA.- Lo que me hizo llegar al Movimiento Buena Voluntad 24 Horas de Neuróticos Anónimos fue terrible la sensación de inseguridad que ahora pienso que de haberle comentado a cualquier persona, hubiera pensado que me encontraba trastornada mentalmente o algo así.
Y es que cómo decirle a alguien que me sentía sofocada si me encontraba caminando por la calle, me sentía observada con gran angustia, como que me faltaba el aire, que me iba a caer y que no lo podía evitar, incluso aun tratando de pensar otra cosa.
Fue una amiga a quien le tuve confianza y le comenté lo que sentía y mi desesperación por no poder estar bien. Ella se ofreció acompañarme a un grupo del Movimiento Buena Voluntad 24 Horas de Neuróticos Anónimos desde ese día todo comenzó a cambiar.
Ahí conocí personas que se habían sentido como yo y que en ese momento sonreían y desarrollaban sus actividades de manera normal, eso me dio gran esperanza y por ello seguí asistiendo, al poco tiempo de permanecer en la terapia comencé a salir a la calle y comprobé que todo estaba bien, lo cual me hizo confiar más en esta agrupación.
Actualmente salgo constantemente de paseo o por mi trabajo a lugares alejados y disfruto de las distancias, me gusta observar los paisajes y todo ello gracias a la tranquilidad que siento.