* El menor presentó conjuntivitis, tos, coriza y fiebre, al llegar al aeropuerto de la Ciudad de México, informó la Secretaría de Salud
MÉXICO.- Autoridades sanitarias detectaron en la Ciudad de México un caso importado de sarampión.
Un niño de cuatro años y ocho meses, quien arribó al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) el pasado 14 de marzo, proveniente de Londres sería el portador del virus.
La madre refiere que el inicio de síntomas ocurrió el día previo al vuelo. Actualmente, el menor se encuentra estable y en recuperación en domicilio.
El niño es originario de Rumania y residente de Hungría; los países de tránsito en los últimos tres meses fueron: Gran Bretaña, Francia, Rumania y Hungría, reportó la Secretaría de Salud en un comunicado.
“La detección inicial se realizó en el AICM, y se evaluó en el consultorio de Sanidad Internacional de los Servicios de Salud Pública de la Ciudad de México. Se realizaron las pruebas correspondientes y el resultado fue positivo a sarampión, confirmando el diagnóstico al día siguiente de su identificación. Una vez que se identificó, se inició protocolo de respuesta rápida con los servicios de salud pública de la Ciudad de México”
Al ser revisado en el Aeropuerto, el menor presentaba síntomas compatibles con sarampión como exantema maculopapular con predominio en cabeza, tórax y miembros superiores; conjuntivitis, tos, coriza y fiebre, explicó Salud.
Cuáles son los síntomas
En México, el último brote de sarampión que se registró fue en 2020, con un total de 196 casos, de acuerdo con información de la UNAM.
En los últimos dos años se han registrado en Europa 31 mil 685 casos, de los cuales 941 fueron en 2022 y más de 30 mil en los primeros 10 meses de 2023, lo que dio lugar a una alerta y a un llamado a la acción inmediata.
El sarampión es una enfermedad viral aguda, extremadamente contagiosa y potencialmente grave.
Se transmite por contacto directo con gotitas de saliva y moco expulsadas cuando la persona infectada tose, estornuda o habla, y los casos son más frecuentes durante los primeros cuatro meses de cada año (final del invierno e inicio de la primavera).
Esta enfermedad inicia como un cuadro parecido al de un catarro con fiebre, tos, estornudos, lagrimeo y congestión nasal, a lo que sigue unos días después la aparición de ronchas rojas pequeñas en la piel.
La persona infectada puede contagiar a otros desde cuatro días antes hasta cuatro días después de tener las lesiones en la piel, las cuales pueden durar de cuatro a siete días y posteriormente ocurre descamación.
Las complicaciones ocurren más frecuentemente en niños menores de 6 años y en personas inmunocomprometidas. Los efectos se pueden presentar en oídos, laringe y pulmones, y aunque poco frecuente también aparece daño cerebral.