De lo populista a lo social en un mundo capitalizado

Por Fernando SANDOVAL

Analista Político

¿Qué necesita la población en estos momentos?

Verdaderamente, hoy resulta difícil como poder resolver las necesidades de la población cuando existen innumerables problemas de orden social, siempre la necesidad para mantener la seguridad ha sido un tema de nuestros días, pero al inicio de la pandemia de COVID 19 resultan varios factores no resueltos y con ello el tema de salud es cada día más necesario e importante.

Si bien es cierto, los programas sociales del gobierno federal, los estatales y municipales han servido durante este tiempo, pero siguen siendo insuficientes y no están generando soluciones reales, pero es de reconocer, que han sido un incentivo a la población pero no se han resuelto los problemas que siguen siendo de interés común y que aquejan a la población.

Hoy se tiene que lidiar con la inseguridad que azota todo el país, un problema que se ha agudizado por la sobrepoblación, pero también por la falta de educación y a donde nadie quiere apostarle, un factor importante para mejorar el entorno social y a eso se le suma el desempleo y la pobreza que agudiza lo que está en puerta, la falta de atención médica y  soluciones para combatir el virus que está matando a millones de habitantes en el mundo.

¿Hasta cuándo servirán los programas de alimentación? Si bien es cierto, la entrega de despensas a toda la población está siendo muy importante, también la desorganización y el uso inadecuado de los programas, también, están sirviendo para  política y donde verdaderamente es un reto saber si  una parte, se resuelve el tema del desabasto y falta de alimentación a la población o si  está dando resultados, crudamente para fines electorales.

En un estudio concienzudo, los datos arrojan una sorprendente disparidad de resultados y contrastes, la población la están haciendo dependiente, de todo lo que muchos nuevos gobiernos se quejaban de administraciones pasadas de la utilización de entrega de despensas como paliativos o instrumentos provisionales de solución, hoy siguen utilizándose con propaganda distinta pero para los mismos fines.

Áreas tan importantes como Fomento a la Economía, Sector agropecuario, ganadero y pecuario, están dejando de tener un valor más importante que la de “bienestar”, que solo debiera ser administrativamente distributiva de programas productivos y de respuestas a necesidades de la población, hoy le ponen un interés social de primera necesidad sin soluciones a mediano y largo plazo y si a esto se le suma el acercamiento de asociaciones civiles, organizaciones sociales y actores políticos electorales, se dispersa el objetivo real de la ayuda a la población, sin fines de lucro.

¿Hasta cuándo se entenderá que las soluciones no están en dar peces sino aprender a pescarlos?

Quienes ofrecen estas falsas expectativas sociales para la población, están dejando de lado las soluciones concretas y que dejen verdaderamente huella, sentimientos de Nación y sobre todo valores humanos en una sociedad globalizada, diversa y polarizada, pretendiendo entonces, no solo engañar a la población, sino a los mismos gobernantes en turno para un interés personalista y electoral donde, los números de atendidos solo resultan ser un número estadístico favorable pero sin continuidad de verdadero apoyo a gran escala.

Existen programas de alimentación que están dando resultados numéricos y de gasto económico para los municipios, una justificación de gastos para el presupuesto pero ¿Cuántos de los beneficiados tienen continuidad de recibir apoyos alimenticios?

¿Hasta cuándo puede resistir un presupuesto de gobernabilidad municipal para solamente manutención alimenticia?

¿Qué no existen alternativas de productividad y fomento de la economía de manera progresiva y de largo alcance?

¿En dónde está el verdadero apoyo a la economía formal e informal así como el trabajo turístico de reactivación del sector comercial, laboral y productivo?

Si hay algo interesante en la paridad de las ayudas sociales es que no todo es dar, sino producir para mantener un equilibrio social y económico, porque de no ser así estaremos en un socialismos utópico  donde la población será solo dependiente de los sistemas gubernamentales para estirar la mano y pedir solamente que le den si darle el valor real de lo que cuesta y el valor de identidad y de usos y cuidados de lo que se tiene.

“La población exige verdaderas políticas alimentarias, el no sólo enseñarle a la gente a estirar la mano, existen  formas como las huertas de traspatio que actualmente se pueden adaptar hasta el inmueble más pequeño, se garantiza producción y se enseña a la población a alimentarse sanamente…  fomentar pequeños  viveros,  con donaciones de semillas o cursos para su manejo control y desarrollo para fomentar el trabajo, la honradez y no solo la dependencia y la flojera social”.

En ese sentido, el verdadero trabajo social se encuentra en Educación, fomento económico y agricultura, ganadería y Comunicación, quienes deberán rediseñar nuevos aspectos y nuevas propuestas para  desarrollar a la sociedad en tiempos de pandemia y crisis económica y así ayudar con alternativas a presidentes municipales y gobernadores en las distintas entidades  federativas.