CHOLULA.- Eso es lo que nos decíamos los jóvenes en Alcohólicos Anónimos cuando comenzamos a darnos cuenta que teníamos problemas con nuestro modo de beber.
En el mejor de los casos, creíamos que el alcoholismo era un mal hábito, en el peor, que era una señal de debilidad de carácter. De todos modos, era algo que asociábamos a las personas ancianas o de edad madura. Sin embargo, estábamos olvidando un hecho importante: el alcoholismo es una enfermedad y, como la mayoría de las enfermedades (males cardiacos, tuberculosis, cáncer), puede atacar a personas de cualquier edad.
Se trataba de una enfermedad a la que no éramos inmunes.
Por ende, tomamos una decisión. Lo que hicimos para poder aprender más sobre el alcoholismo y nosotros mismos, fue ir a AA.
Somos jóvenes y hay miles de nosotros, pero no todos nos unimos a un Grupo en cuanto asistimos a una Reunión. Deseábamos estar seguros de que ese era el lugar que nos correspondía y antes, examinamos seriamente varias ideas, tales como: que tiempo hacia que debíamos. A veces teníamos un par de años bebiendo, ¡no podíamos habernos hecho alcohólicos tan pronto! Considerábamos que solamente los borrachos malolientes podían llegar a ser alcohólicos.
Estas y muchas otras preguntas revoloteaban en nuestras mentes.
En las reuniones de AA encontramos las respuestas. Algunos éramos alcohólicos desde la primera vez que bebimos. Estábamos realmente confundidos. Alcoholismo es una palabra difícil de entender. Nadie es demasiado joven o viejo para tener problemas con la bebida. Puede afectar a cualquiera y no importa cuánto se ha bebido, sino lo que nos ha afectado.
Si crees que tienes problemas o necesitas ayuda, puedes acercarte a un Grupo de AA sin ningún compromiso. Estaremos a tus órdenes para mayor información. ¡Te esperamos!