Por: Angélica DE LOS SANTOS
CHOLULA.- Todos, en algún momento de nuestras vidas, intentamos leer no ficción o libros de autoayuda para conseguir algo.
El estrés del día a día, la rutina, la multitarea, nuestras preocupaciones internas, etc. suponen un colapso en nuestra mente. Y, como tampoco nos sobra el tiempo para asistir a terapias o talleres grupales en busca de ayuda, es más cómodo buscar la solución en la lectura.
Eso sí, no todo vale. Hay que fijarse bien en qué leemos, quién nos lo cuenta y, sobre todo, qué esperamos conseguir. No podemos pretender curar una depresión sin recurrir a un profesional, por mucho que nos aporte leer psicología. Así como tampoco podemos buscar la solución a una enfermedad grave en libros de autoayuda sin acudir a un médico.
Entonces, ¿por qué leer no ficción? Muy sencillo, porque siempre encontraremos ideas que podamos aprovechar para nuestro día a día o reconfortarnos con el refrán “mal de muchos, consuelo de tontos”. Por ejemplo, leer sobre Crecimiento y desarrollo personal:
Los libros de crecimiento personal contienen experiencias y consejos que pueden ser útiles para mejorar en algo. La auto aceptación, la confianza en uno mismo o la motivación son algunas de las razones por las que buscamos libros de autoayuda.
El libro de Bernardo Stamateas, Gente tóxica, se ha convertido en uno de los grandes éxitos. Hay gente que, sin pretenderlo, nos afecta de manera negativa por sus quejas o su falta de optimismo. Aprender a relacionarnos con gente sana y tomar distancia de todo aquel que nos haga daño es el gran reto que pretenden conseguir sus lectores.
Como te decía, antes de empezar a leer no ficción, es fundamental que conozcas la trayectoria de quien haya escrito el libro. Si lo que buscas es un libro sobre alimentación, un nutricionista te será de ayuda; si necesitas consejos de salud para un bebé, busca a un pediatra reconocido. Me apasionan las historias realistas por duras que sean. Por eso, las novelas con una base de no ficción me parecen ideales para conocer a sus protagonistas.
Aunque no sean libros de autoayuda ni tampoco no ficción propiamente dicha, creo que merece la pena descubrir esas novelas basadas en hechos reales o que nos desnudan a los autores. Incluso meternos en la piel de un adicto en plena recuperación es algo que podemos lograr con Tu cocaína y la mía, de Justo Fernández.
Y tú, ¿lees no ficción?