Por Nancy LUNA SORCIA
CHOLULA.- La historia de la licuadora, es de las más interesantes. Aunque en muchas cocinas del mundo está presente este pequeño electrodoméstico, no siempre ha sido así.
La licuadora, es un electrodoméstico inventado en el año 1922 por un estadounidense de origen polaco, llamado Stephen. J. Poplawski en Wisconsin (EE.UU.).
Al principio, recibió el nombre de aparato de cocina centrifugador. La bebida preferida de Poplawski, era el batido de leche malteada, y la inventó ya que estaba buscando un método rápido para poder prepararla. Tras seis años de experimentos fallidos, el inventor de la licuadora (Poplawski), consiguió construir una máquina que era capaz de preparar sus batidos favoritos, en unos pocos minutos y de manera muy cómoda.
Al comprobar que su ingenio funcionaba de maravilla, rápidamente la patentó con el nombre de: “Aparato agitador con mezclador ensamblado en el fondo de una taza”.
Como puedes comprobar, un nombre comercial muy poco acertado. Poplawski, el padre o descubridor de la licuadora, vivía en la ciudad de Racine, en el estado norteamericano de Wisconsin.
La licuadora se comenzó a vender como mezclador en las expendedurías o tiendas de bebidas no alcohólicas que, como reclamo, mostraban con orgullo este nuevo invento en sus mostradores o escaparates.
La evolución de la licuadora ha sido constante. En el año 1955, se añadieron una serie de nuevos dispositivos adicionales, como por ejemplo la trituradora de hielo. Dos años más tarde, en 1957, se incorporó incluso un dispositivo que podía moler café. También se le añadió un mando, que controlaba el tiempo de funcionamiento, algo que provocó que las ventas se disparasen.
Todo esto, hizo que muchas firmas y marcas de la época decidieran pasar a la acción y fabricar sus propios modelos de licuadoras.
Mientras la primera licuadora solo tenía dos velocidades, el modelo de la empresa Oster disponía de 4. El resto de la competencia, con gran temor a quedarse atrás, lanzó en 1965 al mercado una licuadora con 8 botones.
Esto no queda aquí, la firma Waring comercializó un modelo con 9 botones en el año 1966. Y en 1968, ya quedaba “antigua”, debido a que las licuadoras modernas disponían ya de, nada más y nada menos, que 15 botones en su cuadro de mandos.
La lucha de los botones, y el frenesí competitivo provocó que las ventas se dispararan. De 250 mil licuadoras y mezcladoras que se vendieron el año 1.948 en América, se pasó en 1970 a la sorprendente cifra de 130 millones de unidades vendidas. Además, su precio de venta al público fue bajando cada vez más, hasta un tercio del que inicialmente tuvo.