Por Aldo COSTILLA ROJAS
CHOLULA.- México se organiza electoralmente en 300 distritos electorales federales. A entidades como Puebla te corresponden 15, otras, en los extremos, Colima, Baja California Sur y Campeche, tienen 2 cada una, en contraste con el Estado de México que tiene 41 distritos. En cada uno de estos 300 distritos hay una Junta Distrital, integrada por 5 personas, un vocal ejecutivo, un vocal secretario y tres vocales, uno de organización electoral, otro de registro de electores y el último de capacitación electoral y cultura cívica.
Según el portal de transparencia del INAI un vocal ejecutivo tiene un remuneración neta mensual de sesenta y dos mil doscientos nueve pesos. Los demás vocales reciben cuarenta y un mil quinientos setenta y cinco mil pesos. En diciembre pasado, con información del portal de transparencia, el vocal ejecutivo recibió una “gratificación de fin de año” que asciende libre de deducciones a los ciento quince mil doscientos cincuenta y tres pesos. Los otros cuatro vocales cobraron por el mismo concepto setenta y cuatro mil ciento noventa y seis pesos.
Estos onerosos salarios se replican en todos los funcionarios de los 300 distritos electorales, sin contar los casi ciento ochenta mil pesos que ganan los consejeros del INE.
En perspectiva, si multiplicamos sólo el salario de los 300 vales ejecutivos del país, nos da un total mensual de 18 millones 662 mil setecientos pesos. Anualmente esa cantidad asciende a 223 millones 952 mil 400 pesos. Si tomamos en cuenta los otros integrantes de los consejos locales, el global para pagos por mes es de 49 millones 890 mil pesos que no son nada comparado con los 598 millones 680 mil pesos que se erogan del presupuesto del Instituto tan solo para el pago de cuatro integrantes de los 300 comités distritales. En suma, mantener tan solo a los vocales de los 300 distritos, equivale ni más ni menos que a 822 millones 632 mil 400 pesos a los cuales se le suman otros 123 millones 611 mil 100 pesos correspondientes a las gratificaciones de fin de año, que dan un total anual de 946 millones 243 mil 500 pesos, entre los salarios de un año y el aguinaldo.
Si bien estas cantidades son desorbitantes, el total apenas representa un 5 por ciento del presupuesto del INE para 2022. Es inverosímil que se gaste ese porcentaje en los sueldos de apenas 2 mil 300 personas que si lo promediamos reciben un ingreso anual de 411 mil pesos mientras que el ingreso per cápita anual en nuestro país es de 198 mil 920 pesos. Si bien este último indicador es impreciso pues la mayoría de los mexicanos no ganamos dicha cantidad de dinero en un año, ya presenta una desproporción enorme respeto al ingreso promedio de los funcionarios electorales.
En el contexto del ingreso per cápita para los poblanos está asimetría se acentúa ofensivamente pues el ingreso apenas supera los 91 mil pesos. Es decir, si comparamos el ingreso per cápita de los poblanos con el de los funcionarios vocales, éstos ganan 4 veces más.
El indicador per cápita sin bien nos ilustra no refleja la realidad. Si el comparativo del ingreso se hace con el salario mínimo, el resultado es demoledor. Un trabajador que gana el salario mínimo tendría un ingreso anual de aproximadamente 54 mil 775 pesos. La diferencia ronda los 350 mil pesos.
El tema no es que tengan un salario exponencialmente superior al de la mayoría, se entiende que sus responsabilidades y el nivel de preparación es más grande que el de un grueso poblacional sin embargo sí es una brutal exageración que tengan remuneraciones tan altas. Si se aplicara un recorte del 50 por cierto a sueldos (tan solo a éstos servidores) el ahorro sería de casi 500 millones de pesos, cifra cercana al presupuesto anual de San Pedro Cholula y aún así serían salarios decorosos.
Finalmente, esta información contribuye a la consciencia que debemos hacer sobre el costosísimo Instituto Nacional Electoral. ¿Realmente estos gastos garantizan una democracia funcional? O ¿vale la pena el dispendio en nombre de la democracia?
Cuando el Consejero Presidente, Lorenzo Córdoba Vianello habla que es imposible la austeridad en el Instituto pareciera que no ha revisado estos datos.
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