* Miles de personas acompañaron a las imágenes * En cada estación, se reflexionó en torno a lo que se vive
Por Epigmenio ROJAS CASTRO
CHOLULA.- Una vez más se vivió el viacrucis, se recorriendo las calles y encada estación se dedicaron unos minutos para reflexionar en torno a lo que se está viviendo, en lo que Jesús vivió y sufrió para que la humanidad entera recapacitara sobre su comportamiento. Bonitas alfombras marcaron la ruta a seguir entre rezos y cantos.
Desde temprana hora se inició la actividad en diversas calles de la ciudad, los vecinos salieron a sus calles para barrerla, para empezar a montar la alfombra, y las imágenes de Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas, la virgen María, María Magdalena, La Verónica y otras más, pasaran sobre estas alfombras.
Al filo de las 10 horas, en el templo de san Pedrito, los católicos esperaban ya la salida de las imágenes, el sacerdote recordaba aquellos momentos en que Jesús era entregado al pueblo quien clamaba que lo crucificaran. Al momento de la primera caída, un silencio invadió el lugar, apenas algunos susurros y el toque del tochacatl, instrumento clásico en los días de Semana Santa, y el sonar de las matracas.
Una vez incorporada la imagen de nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas, inició la procesión, el viacrucis se fue rezando, se fue tocando cada una de las estaciones, momentos en que el sacerdote recordaba dicho momento.
Así con paso lento, bajo los candentes rayos solares, se iba avanzando, las claverías encabezaban la larga columna, adultos iban cerca de los pequeños quienes cargaban sus faroles, les iban hidratando, llegaron a la esquina de la avenida Hidalgo la cual se siguió hasta la 7 Norte-Sur, donde se encuentra el CERESO, ahí ante el morbo de los asistentes, fue liberado un preso, quien arrepentido de sus pecados y perdonados por el sacerdote, agradeció a Jesús y muestra de ello que empezó a cargar la imagen para seguir el recorrido.
Así, sobre las alfombras elaboradas por los vecinos tomaron la 4 Poniente, y llegaron a la parroquia de san Pedro, en donde se vivió la segunda caída.
En la capilla Real o de Naturales la tercera caída, quizá la más dolorosa para Jesús, los devoto escuchaban atentos las palabras del sacerdote. Llegó el momento del Sermón de las 7 Palabras, y la crucifixión de Jesús y su muerte. Poco a poco los fieles en su inmensa mayoría empezaron a salir del templo.