CHOLULA.- Se escucha por ahí que con las lluvias que se han estado registrando, los baches florecen, y en la recta Puebla-Cholula, se tienen algunas zonas en donde se esos tradicionales agujeros en el pavimento, pareciera se concentran. La que parece muestrario es la carretera Cholula-Huejotzingo, a la altura de Santa María Zacatepec, junta auxiliar de Juan C. Bonilla, que parece muestrario, de todos los tamaños y formas, sobre todo en el tramo del entronque al aeropuerto. La falta de mantenimiento a la carpeta asfáltica, la cual se “acocodrila”, permite el paso del agua que daña la base y entonces los baches. En donde prácticamente no hay es en las calles de Cholula, al igual que se ve por San Andrés Cholula, sin embargo lo que es Cuautlancingo, el gobierno municipal no tuvo el cuidado en por lo menos los últimos 2 años, de dar mantenimiento y sus calles presentan el tradicional efecto de las lluvias. ¿Será? Se escucha por ahí que en las últimas semanas las banquetas del centro de la ciudad, han sido invadidas por comerciantes informales, los llamados ambulantes o “toreros”, en muchos casos, dedicados a este comercio informal desde hace mucho, otros orillados por las condiciones económicas, han tenido que buscar la manera de ganarse la vida de manera honrada. El problema de este tipo de comerciantes es que al pararse a la orilla de la banqueta, en la esquina, restan espacio seguro para el peatón, el cual debe de bajarse de la banqueta con el riesgo de ser atropellado. Platicando por aquí y por ella, con comerciantes que le ofrecen bolsa para basura, antenas para la televisión, revistas, cubre-boca y muchas cosas más, la inmensa mayoría vienen de Puebla, de Juan C. Bonilla y Huejotzingo, no son oriundos de Cholula. Eso no sería nada malo, lo que si lo es que dichos comerciantes además de estorbar al peatón, de hacer competencia desleal en algunos casos, son groseros contra ciudadanos que piden el paso. ¿Será? Se escucha por ahí que no solo esos comerciantes se tornan groseros, altaneros y en ocasiones hasta violentos, sino hay al interior del mercado Cosme del Razo, algunos jóvenes, quienes también andan a la defensiva, ahuyentando a sus clientes. Por cierto que en dicho mercado, está regresando la cultura de “o me compras a mi todo, o no te vendo nada”, es decir, si algún cliente lleva a la vista alguna mercancía que venden algún comerciante al que le pretende comprar otro producto, le salen con “no tengo”, “no le puedo vender” y cosas parecidas. Esa mala imagen no repercute solo en el comerciante, sino en el mercado en general. Dependen de cada comerciante, el ser amable, el de dar un buen trasto a sus clientes, de otra manera se van para no regresar. ¿Será? Se escucha por ahí que al andar por el mercado Cosme del Razo, por las calles de su entorno, se ve como en la 2 Poniente, se vive de todo. Por un lado el apartado de lugares por parte de los “viene, viene”, quienes ya tienen acuerdos con algunos comerciantes para reservar el lugar para determinado de ellos, quienes se ponen la del Puebla, saben ser agradecidos. Por otro lado, uno que otro prepotente comerciante, quien hace caso omiso al letrero de “solo discapacitados”, y ahí estaciona su camioneta, en la cual no se le aprecia el engomado de que sea una persona con una capacidad diferente. Cuando llega alguien con una discapacidad, no tiene donde dejar su unidad, y haciendo coraje se va a otro lugar en busca de lo que requiere. Se sabe qué y ale han pedido, otros comerciantes del mismo mercado, respete esos cajones especiales, pero resulta ser una persona que no sabe escuchar, altanera y para colmo “protegido” por un líder de comerciantes. ¿Será? Se escucha por ahí que ya en algunas ocasiones elementos de vialidad, le han requerido quite su unidad, pero el “intocable” por sus relaciones con el líder, lo hacen salirse con la suya. Caso contrario se vive en la 5 Norte, donde también hay espacios para personas con capacidad diferente, y ahí si se aplica el reglamento, no tienen engomado oficial, entonces no se puede estacionar en esos espacios, y el agente vial aplica el reglamento. ¿Será? Se escucha por ahí que retomando el tema de las lluvias, agua que lava la ciudad, la refresca, también contribuye a que la pintura que había sobre los topes que aún existen en algunas calles, para regular la velocidad de automovilistas, ha desaparecido, y ya se estará usted imaginando toda la “letanía” que dice el conductor que no lo vio y su carro brincó y se golpeó. Automovilistas piden les puedan dar su manita de gato, y e paso se pinten de nuevo las zonas peatonales para cruzar la calle de manera “segura” ya que hay automovilistas que aún mantienen la cultura de “primero yo, luego yo, y el peatón que se friegue”. Abuuuuuuuurrrr