Soliloquios para un gobierno moderno

Por Cuauhtémoc BETANZOS TERROBA

CHOLULA.- Viviendo en carne propia y de forma cotidiana la falta de altura de miras de un Gobierno que parece mirar al pasado y se empeña en repetir errores que a México le han costado mucho, yo y seguramente muchos mexicanos nos preguntamos todos los días  ¿Cómo deber ser un gobierno moderno?, ¿Qué elementos caracterizan a un gobierno moderno?, ¿Cuáles son las bases para este gobierno?, ¿Qué resultado o repercusiones tendría? y con gran añoranza me dispongo a compartir con ustedes los pilares de lo que para mí será un gobierno moderno.

Hay tres elementos que deben ser pilares fundamentales para el buen gobierno: las instituciones, la democracia y el progreso. Las tres van de la mano y entre ellas se compaginan.

¿Por qué las instituciones?

Como buen priista, me siento orgulloso de las instituciones que nuestro partido creo y que le han dado rumbo a México, como joven estoy convencido que deben modernizarse, ser más ágiles en sus procesos y más eficientes en sus resultados. Un gobierno moderno debe fortalece y respaldar las instituciones en todos los ámbitos, las instituciones educativas, las instituciones de desarrollo social, de salud, de generación y acceso a la información, las instituciones garantes de derechos y justicia, de democracia, aplicación de la ley, transparencia y rendición de cuentas entre otras muchas. Un gobierno transversal con instituciones sólidas que midan, apliquen, garanticen y señalen cada vez con mayor autonomía y con mayor innovación dará a cualquier país orden, rumbo e igualdad.

¿Por qué la democracia?

Soy un convencido de que cualquier gobierno que emane de la elección popular tiene un compromiso democrático de fortalecer y garantizar la democracia en el país. Como demócrata creo firmemente en la representatividad, en los equilibrios democráticos y en la inclusión. La democracia en México ha costado mucho y sigue madurando, tenemos que afianzar una democracia cada día más efectiva, más incluyente, más sólida y más participativa. Como todas las formas de gobierno, la democracia aún enfrenta grandes retos y algunos males, para los cuales no hay mejor remedio que más democracia. El gobierno debe ser cada vez más transparente y la sociedad cada día más participativa.

¿Por qué el progreso?

El fin último de todo gobierno debe ser, entregar al final de su periodo un país con más y mejores oportunidades, con mejores niveles de vida y con cifras en términos sociales y económicos positivas, progresar. Pero para progresar debemos tener en cuenta dos factores muy importantes: visión medioambiental y la reducción de brechas.

Lo he afirmado en otras entregas; no hay progreso sin visión medioambiental, un gobierno que no le apuesta al cuidado del medio ambiente, a la reducción de gases contaminantes, al uso de energías renovables, a las economías sustentables, a la reducción del cambio climático, al uso de materias reciclados y ecológicos, al cuidado y rescate de zonas protegidas es un gobierno que progresa, sino retrocede. No hay progreso en destruir nuestro planeta, necesitamos pensar que planeta estamos dejando para las futuras generaciones y darnos cuenta de las ya alarmantes consecuencias de nuestra indolente e irresponsable actitud para con el mundo.

De la mano de esto, el progreso debe ir enfocado en la reducción de todas las brechas que laceran a nuestra sociedad y que hoy en lugar de diluirse parecen marcarse cada día con más fuerza generado así más desigualdad. Hablo específicamente de cuatro brechas que un gobierno moderno debe aspirar a erradicar:

La brecha económica, debemos caminar a un país cada día con menor desigualdad, con oportunidades para todos, un país que permita el desarrollo de un clase media fuerte, consolidada y cada día más grande, erradicar la desigualdad que en México vivimos es el reto mayúsculo de cualquier gobierno. Y eso se va a lograr con instituciones fuertes que permitan el desarrollo intelectual de los mexicanos, que brinden certeza a los inversionistas y generar inversión nacional, instituciones que alienten la innovación y doten de herramientas a todos para desarrollarse y crecer en condiciones cada día más igualitarias.

La brecha educativa, el buen gobierno con visión de futuro y que pretende progresar debe empeñarse en garantizar educación de calidad para todos los habitantes de este país. El principal motor de crecimiento de un país es un sociedad educada y preparada, para garantizar igualdad de condiciones y competencias en un mercado de capital humano, la educación debe ser de calidad para todos los sectores de la población.

La brecha de género, un país que no apuesta por la equidad nunca podrá desarrollarse plenamente, tristemente en nuestro país aún existen infinidad de factores que limitan el talento, el dinamismo y las aptitudes de nuestras mujeres mexicanas, para progresar plenamente en México necesitamos condiciones de igualdad e inclusión. La discriminación bajo cualquier motivo es retrograda y limita el pleno desarrollo. Generar y garantizar estas condiciones deben ser ejes fundamentales en cualquier gobierno que aspire a ser moderno y de vanguardia.

La brecha comunicacional, otra de las grandes limitantes de nuestro país es la falta de conectividad en muchas regiones del mismo. Un país interconectado, invita a la inversión, da acceso a información universal a sus habitantes permitiendo así su desarrollo, facilita el acceso de bienes y servicios y así eleva el nivel de vida de sus habitantes.

Un gobierno moderno debe mirar de frente el gran reto de reducir estas brechas, amparar las estrategias y los resultados en estadísticas cuantitativas y cualitativas de todos los factores que intervienen en las 4 grandes brechas mencionadas arriba.

Compartir, con mucha humildad, las reflexiones de lo que para mí sería un gobierno moderno, ha sido un ejercicio que me ha permitido afirmar con todo el dolor de mi alma, que hoy México tiene el gobierno más retrogrado que ha tenido en los últimos 90 años. Entrego a ustedes estas conclusiones con el fin, de invitarlos a que con seriedad reflexionemos el rumbo que está tomando el país y en consecuencia tomemos acciones contundentes para dar un cambio de timón.