* En Santiago Xalitzintla, último poblado en Puebla antes de llegar al volcán Popocatépetl, hay un miedo por el coloso, pero también a ser evacuados y dejar sus pertenencias
Por Jorge CASTILLO LOYO
SANTIAGO XALITZINTLA.- En un recorrido de Mediatik Noticias, se apreció como Don Goyo, como lo llaman cariñosamente, ha tapizado de polvaredas de ceniza a sus vecinos.
El rugir constante ha fracturado la vida tranquila de la comunidad perteneciente a San Nicolás de los Ranchos.
Ahora en sus calles antes casi desiertas, pululan decenas de extraños, la mayoría en uniformes.
En tanto, el gigante vigilante, continúa con su exhalación y gruñido que pareciera perpetuo, el que mantiene inquietas a miles de personas a sus faldas y más allá.
Al igual que el ruido como de una olla exprés que no cesa, el miedo en los pobladores está latente, pero pareciera que se han acostumbrado o simplemente se niegan a ver el riesgo.
Dios dispondrá
“Si Dios dice aquí nomás, pues aquí nomás”, afirmó don Gabriel Caro, quien hace su caminata matutina por el zócalo de Santiago Xalitzintla en el que ha vivido sus 89 años.
Apoyado en su bastón, don Gabriel, recuerda que es costumbre del volcán hacer exhalaciones, por lo que no está dispuesto de evacuar, ya que la última vez que lo hizo le vaciaron su casa.
-¿No le espanta?
-No, ya qué me va a espantar, nada me espanta, ¿a dónde vamos a ir?, como dijo aquel, a dónde va a llover que no va a jalar el arado- mencionó entre risas.
Señaló que en la evacuación de 1994, le robaron sus pertenencias en su casa, la que está ubicada a unos pasos del zócalo.
-¿Entonces dice ahorita que no se sale?
-No ya no, para qué, me sacaron mis cosas, con una vez le hacen a uno cada rato, ya tengo experiencia.
“Lo del volcán es normal, está respirando, qué va a explotar, está respirando, no sabemos hasta cuando ya aviente las piedras”, relató al recordar que antes de los años 90 subía a correr alrededor del cráter.
-¿No ha sentido que ha cambiado, que ya está más peligroso?
-Bueno, peligro no, es que las rocas de aquel lado ya se acabaron, ya lo demás todo está bien, se están tapando las veredas, porque ya nadie sube.
Miedo
Juana, vecina del lugar, sí teme que haya alguna explosión, aunque también dice que hay un rumor en la población de que están sacando la ceniza para venderla.
-¿Le da miedo?
-Da miedo.
-¿Si se saldría en caso de evacuación?
-Pues como veo que nomás pasa, pues nomás pasa, hay confianza que no pase nada, si ya se salen todos, pues ya me salgo.
Recordó que hace unos años ya fue evacuada cuando estaba igual Don Goyo con exhalaciones.
“Da miedo también que roben, por eso no me quiero salir, así en el pueblo no están contentos que van a salir, tienen sus cosas, sus animales, sus marranitos y todo y quién los cuidaría”, sostuvo.
Doña Josefina, lleva diez años viviendo a al menos 12 kilómetros del cráter del volcán.
“La verdad va mal, da miedo”, dijo al señalar que su casa está a la salida del poblado, desde donde en la noche previa observó la incandescencia de la punta del coloso.
“Me subí a la escalera en mi azotea y vi una fumarola bien grandota, había lumbre y caiba (sic) para abajo”, dijo la mujer de 70 años de edad.
“Ayer estuvo bien bravo, ahora está tranquilito, asi es siempre, un día si y otros no, anteriormente me decían los suegros que siempre ha sido así, hay años que ni hace nada”, dijo.
“Ahorita es como alarmante porque como que truena más, más que otras ocasiones”, dijo.
-¿Si llegan el caso de tener que evacuar, si se van?
-Pues sí, nos tenemos que ir, primero está la salud y la vida, si es cosa de irnos pues nos vamos, somos bastantitos de familia.