Por: Dr. Omar Josué ROJAS VÁZQUEZ
CHOLULA.- Somos muchos los médicos que no conocemos, y mucho menos hemos podido ejercer en otros países, sin embargo, algunos hemos tenido pacientes de varias nacionalidades, personalmente no me puedo quejar de los españoles, son simpáticos, con gran labia y al menos los que he atendido se han ido contentos, los americanos pueden ser un poco más exigentes, pero nada que la buena atención no pueda solucionar.
Cuesta trabajo comprender porque los pacientes nacionales son a veces tan difíciles de llevar, ¿Cuál es la necesidad de tronar dedos y gritar que por ellos tragamos? A veces ni hemos desayunado y ya están reprochando la comida y la cena, no lo negamos, las deficiencias del sistema de salud sin abismales, pero no es nuestra culpa, el seguro y la secretaria trabajan con lo que se tiene, muchas veces se improvisa, la priva, aunque basada en el modelo del IMSS, puede ser un poco más eficiente, así como exigente, pues una sonrisa nunca debe faltar mientras hasta el postre es mentado por el paciente.
Durante la carrera de medicina, llevamos un semestre de bioética, donde se nos inculcan los derechos humanos, conocemos los límites éticos de nuestra profesión y somos testigos de cómo ha evolucionado el ejercicio de la medicina a través de la historia, y en ningún momento se nos enseña que debemos ser de baterías, mucho menos que debemos dejar de sentir dolor, o hambre, y que debemos inyectarnos grandes dosis de vocación para que los pacientes se sientan seguros, porque sabemos que la vocación nace desde que decidimos entrar a este ruedo
Esos 5 años en promedio cuando uno se adiestra de 12 a 16 horas diarias para poder ser un buen profesional muchas veces cuestan lágrimas de sangre, y no es solo por hacer el papel de víctima, muchos dudamos innumerables veces si realmente era ahí donde deseábamos estar, sin embargo, hemos aprendido a encontrar el cielo en el infierno y podemos contar con los dedos de una mano a los que han desertado, al final no cambiaríamos esto por nada.
Pese a la opinión de la clase política, de los colegas en el poder y de la gente, la ética se sigue afianzando desde los primeros semestres, ergo, los médicos ya en ejercicio tienen un sentido de responsabilidad inmenso, un sentido ético intachable y un profesionalismo que pocas veces veremos en un político, la clase médica en México sigue siendo de altura, la suficiente para seguir siendo la carrera con mayor demanda en todo el país, y aunque a veces sea una pesadilla, es el sueño de muchos.