CHOLULA.- Se escucha pro ahí que el programa gubernamental “Operación Mochila”, que en el pasado estuvo en acción, pero luego salieron los padres de familia, conque se debería de suspender porque se estaban violando los derechos de los menores, su privacidad, y otros argumentos, teniendo que recular el gobierno. Hoy se pondrá nuevamente en acción, y de nuevo la controversia, unos a favor y otros en contra. Si bien es cierto que tienen su privacidad, pero tomando en cuenta que en una mochila escolar solo se encontrarán libros, cuadernos, útiles escolares, luego entonces porque oponerse a una revisión, la cual será a la vista de padres de familia, maestros y algún policía. Esto obedece a que se ha detectado que en algunas escuelas los alumnos no solo están llevando armas punzocortantes, sino sustancias tóxicas, ambas cosas son peligrosas. Madres de familia, principalmente se oponen, confían en sus hijos a quienes creen incapaces de llevar cosas prohibidas, lo cual es bueno, pero quizá esa madre de familia no sabe que a su pequeño o pequeña, la están obligando a introducir objetos o sustancias prohibidas, está visto que los delincuentes no se tientan el corazón. ¿Será? Se escucha por ahí que cuando alguien se opone a una medida preventiva en seguridad, es porque algo malo está llevando, y por lo tanto hacen uso de sus “derechos”. Dijera mi comadre la Chana, en mis tiempos, desde casa se revisaba y si te ponías tus moños, una buena regañiza y listo. Hoy se ha transformado todo, y el niño hace lo que le viene en gana, aún contra su voluntad. Cuando ocurren hechos violentos, no hace mucho un chamaco se llevó la pistola de su papá y la que se armó en la escuela, en Puebla, pero eso puede ocurrir en cualquier lugar. Y entonces salen las voces redentoras señalando a “culpables” el gobierno que no hace nada por la seguridad. Cuando se previene situaciones de riesgo y peligro, todos están felices, de otra manera se deben a sumir consecuencias y no andar en las redes sociales señalando a culpables. ¿Será? Se escucha por ahí que ante la ola de delitos que cometen sujetos quienes andan en motocicleta, todo ciudadano debe de estar muy a la vivas, porque puede ser la siguiente víctima. Lamentable, pero real, se debe desconfiar de toda persona, y aún más de un desconocido. Pero también esos sujetos, delincuentes banqueteros, se deben de cuidar, porque ya se ve como una víctima usa su vehículo para defenderse, es a lo que está llegando la sociedad, a tener que defenderse y hacerse justicia por propia mano, y no olviden los linchamientos, la sociedad se ha organizado y ya no se deja. ¿Será? Se escucha por ahí que siguen las quejas contra algunos comerciantes, quienes abusan con los precios de productos y alimentos. En una pollería le pueden vender a 120 el kilo de pechuga de pollo, al día siguiente a 125 o 130, según el ánimo del dueño. Y no crea que es algo privativo en un mercado, o un tianguis, en las tiendas de cadenas comerciales, chicas, medianas o grandes. Lo malo de todo, es que no hay autoridad que ponga un freno, los de la PROFECO parece que ya no existen, o por lo menos brillan por su ausencia, se ve que están buenos los “apretones de mano”. Hay basculas de las cuales se puede dudar, no se conforman con abusar con el precio, sino además le roban gramos al cliente, sumados al día, son kilos y ahí nadie dice nada. ¿Será? Se escucha por ahí que un problema que se sigue registrando por capricho de los dueños de negocios, es el usar las fachadas de su local comercial, como aparador, valiéndole un pepinillo, la imagen de la ciudad, o el malestar cuando pasa el peatón y se da un buen o mejor dicho, un mal golpe en la cabeza o cara. Y qué decir de los que se creen dueños de las calles, y en la banqueta ponen sus estorbos, y hasta en el arroyo vehicular, para comodidad del dueño que llegará. Si la autoridad llega a retirar el objeto, es una autoridad represiva, no los deja vender, y bla, blab y más bla, se quieren hacer las víctimas, no respetan, pero quieren que les respeten. Abuuuuuurrrrrrrrrrrrr.