Por Nancy LUNA
CHOLULA.- El 14 de febrero es el onomástico de San Valentín, pero ¿quién fue este popular santo? La historia de San Valentín se remonta muchos siglos atrás y está envuelta en la bruma de la leyenda, tal es así, que hoy la Iglesia Católica pone en duda su existencia, y desde 1969 no celebra dicha festividad.
Los orígenes de la tradición hay que buscarlos allá por el siglo III, cuando el cristianismo se expandía con rapidez por el Imperio romano, pese a los intentos de los dirigentes romanos de acabar con esta nueva fe, que amenazaba la estabilidad del Imperio. Es entonces cuando aparece la tradición de tres mártires romanos llamados Valentín.
Según la tradición, San Valentín de Roma fue un sacerdote romano que acompañaba espiritualmente a los cristianos que habían caído presos en las persecuciones contra los practicantes de esta fe y les ayudaba a prepararse para el martirio y la muerte.
Otra versión cuenta que se trataba de un sacerdote que, pese a que las autoridades romanas prohibían contraer matrimonio a los jóvenes soldados, por considerar que serían mejores combatientes si no tenían ataduras familiares, se dedicaba a casar a las parejas en secreto según el rito católico.
Cuando fue descubierto, Valentín fue sometido a martirio y finalmente decapitado.
Una última (y poco creíble) versión cuenta que el sacerdote Valentín fue apresado y se enamoró de la hija de su carcelero, a la que dedicó una apasionada carta de amor que firmaba como “de tu Valentín”, lo que se convertiría en el origen de la tradición de enviar las cartas y postales de amor que intercambian los enamorados cada 14 de febrero.
A finales del siglo V, la Iglesia Católica, recoge las leyendas sobre San Valentín e institucionaliza su conmemoración el 14 de febrero. Parece ser que fue el Papa Gelasio I quien formalizó el culto al santo, en un intento de cristianizar la antiquísima celebración pagana de las Lupercales, que tenía lugar a mediados de febrero.
Sin embargo, la propia Iglesia desde el principio albergó dudas sobre la veracidad histórica de los hechos de San Valentín, de tal manera que incluso Gelasio I afirmaba que San Valentín era uno de aquellos santos “cuyos nombres son venerados por los hombres, pero cuyos actos solo Dios conoce”, expresando su falta de pruebas históricas sobre este mártir.
Probablemente, fue durante la Edad Media cuando se asoció el amor romántico a la figura heroica y mitológica de San Valentín, forjándose definitivamente la leyenda del patrón de los enamorados. La fábula fue creciendo y adornándose con el paso de los siglos hasta llegar a nuestros días.
Fue durante el siglo XIX cuando, en los países anglosajones, comenzó la tradición de intercambiarse postales con mensajes amorosos en el Día de los Enamorados. Poco después, a la costumbre de las postales se sumaría la de obsequiar a la pareja con otros regalos como rosas, bombones y joyas.
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