Rastrillo

Por Nancy LUNA SORCIA

CHOLULA.- La historia de la maquinilla de afeitar es realmente interesante. Conocida también como cuchilla de afeitar, rasuradora o rastrillo es un instrumento para afeitarse, sin riesgo a sufrir grandes cortes. En CurioSfera-Historia.com, te explicamos su origen, quién inventó la maquinilla de afeitar y cómo ha sido su evolución con el paso de los años.

Sabemos que la barba cerrada no facilita la labor de la maquinilla de afeitar eléctrica, y que en tal caso lo mejor ha sido la navaja de afeitar, porque de lo contrario queda una sombra en los carrillos.

Ése fue uno de los problemas que únicamente la navaja de afeitar solucionaba, y lo que hizo que la navaja no muriera; eso y un hecho de tipo social: la gente con dinero no se afeitaba ella, sino que era afeitada en la barbería. la navaja tenía cierto tinte aristocrático.

Además para usar la navaja de afeitar hacía falta tener cierta destreza. Por ese motivo, hacía falta algo que permitiese a todos los hombres afeitarse cómodamente en casa y sin el riesgo de producirse cortes profundos. La solución fue la maquinilla de afeitar.

Quién inventó la maquinilla de afeitar

La maquinilla de afeitar la inventó el estadounidense King Camp Gillette (1855 – 1932) a finales del siglo XIX. King C. Gillete viajaba constantemente por su trabajo. Necesitaba afeitarse a diario y en muchas ocasiones debía afeitarse con navaja en los lavabos de un tren. Algo realmente arriesgado y peligroso.

Tuvo la gran idea de crear un producto sencillo, de pocos usos (desechable) y barato, ya que las navajas de barbería eran un producto bastante caro.

Era una maquinilla de afeitar de una sola hoja y con un sistema que impedía el excesivo contacto del filo de la hoja con la piel. Esto impedía que se pudieran producir cortes de importancia en la cara o cuello.

Para vender y comercializar su producto, el 8 de septiembre de 1901 creó la American Safety Razor Company y en el año 1902 cambió su nombre a Gillete Safety Razor Company.

La Primera Guerra Mundial propagó el invento por todo el mundo, ya que el Ejército de Los Estados Unidos suministró maquinillas a todos sus soldados. Al finalizar el conflicto Gillette había vendido casi 4 millones de maquinillas y 32 millones e cuchillas.

De este modo, cuando Gillette se retiró del negocio en 1931 ya era archimillonario. Había amasado una fortuna, pero a pesar de éxito tan fulminante estaba contrariado porque algunos utilizaban dos veces las hojas de afeitar que él recomendaba para un solo uso.