VATICANO.- Después de rezar el Ángelus este domingo 10 de septiembre, el Santo Padre recordó la beatificación de la familia Ulma, en Markowa, Polonia. Asimismo, miró a los conflictos actuales en el mundo, en particular a la «atormentada Ucrania», pidiendo que se oponga a la fuerza de las armas la de la caridad, a la retórica de la violencia la tenacidad de la oración. También expresó sus mejores deseos para el pueblo etíope que conmemora el Año Nuevo este martes 12 de septiembre.
Tras la oración mariana desde el Palacio Apostólico, este domingo 10 de septiembre, el Papa Francisco dirigió su pensamiento a Polonia, donde esta mañana, 10 de septiembre, en Markowa, fueron beatificados los mártires José y Victoria Ulma y sus 7 hijos.
La familia Ulma: un rayo de luz en la oscuridad de la guerra
El Pontífice recuerda a toda esta familia exterminada por los nazis el 24 de marzo de 1944 por haber dado refugio a algunos judíos perseguidos.
«Al odio y a la violencia que caracterizaban aquella época, opusieron el amor evangélico. Que esta familia polaca, que representó un rayo de luz en las tinieblas de la Segunda Guerra Mundial, sea para todos nosotros un modelo a imitar en el celo por el bien y en el servicio a los necesitados».
Luego, invitó a los fieles reunidos en la soleada Plaza de San Pedro a dar un aplauso a esta familia de Beatos.
Oponer la caridad a la fuerza de las armas
Siguiendo el ejemplo de esta familia, el Obispo de Roma miró a los conflictos contemporáneos y vuelve a expresar un pensamiento por la «martirizada Ucrania», mientras señala las numerosas banderas de este país que, recuerda, «¡está sufriendo tanto, tanto!».
«Sintámonos llamados a oponer a la fuerza de las armas la de la caridad, a la retórica de la violencia la tenacidad de la oración. Hagámoslo especialmente por tantos países que sufren por la guerra; aquí creo que de modo especial, ¡intensifiquemos nuestra oración por la atormentada Ucrania!».