Editorial
Por Mario SALAMANCA RODRÍGUEZ
CHOLULA.- Entonces será contestada la oración, “Venga tu reino, hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”. Mateo 6-10. Juan viene a ser un problema para aquellos que se oponen al milenarismo. Bajo un concepto erróneo del reino, al cual es extraño al ministerio de Juan, los defensores de un reino espiritual o los que niegan totalmente el reino, son constreñidos a desconocer la importancia del servicio de Juan. Algunos han sido hasta el extremo de decir que Juan estaba equivocado, que no tuvo ninguna revelación de dios y que sólo fue guiado por su propio entendimiento. Es pues evidente que si Juan tuvo una revelación y habló con autoridad divina, los que se oponen a un reino mesiánico literal, el que anunció Juan, están tristemente equivocados. En esta controversia ellos tienen que opacar el testimonio de Juan, o ser ellos hallados interpretando siniestramente la verdad de dios, solo se necesitan unos momentos de reflexión para reconocer la importancia de este gran profeta, “Si, y más que profeta”. Mateo 11-9.
Él fue lleno del espíritu desde su nacimiento, Lucas. 1-15. “Fue engendrado por un acto extraordinario de dios. Lucas 1-18, 36-37. Fue un testigo de la luz enviado por dios, a fin de que todos creyesen por él”. Juan 1-6-7. Él fue el mensajero enviado como el heraldo del rey eterno; sin embargo, no hay otro curso abierto para los teólogos empeñados a sostener la idea de Whitby, o aquellos que están encasquetados a las ambiciones especiales de Roma sino el de desacreditar al tal, Cristo pone en contraste a su precursor con todos los hombres que vinieron antes y con aquellos que vendrán después. Él dijo, porque esta es de quien está escrito: He aquí yo envío mi mensajero delante de tu faz, el cual reparará tu camino delante de ti. De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan El Bautista, pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él. Mateo II 10-11.
En todas las generaciones precedentes ninguno más grande que Juan se levantó jamás, y sin embargo en el reino, el más pequeño (se puede traducir: uno que es menor) en el reino es mayor que él. Es cierto que en la iglesia, el que es menor es exaltado a una posición superior a la que le fue dada a Juan, por esa maravillosa salvación completa por gracia. Esta verdad escasamente comprendida por muchos, ha hecho que algunos supongan que la iglesia es el reino al cual se refirió Cristo, sin embargo, no importa lo que incidentalmente sea cierto tocante a la más alta posición del creyente, estando en Cristo, todavía es cierto que Cristo no está aquí, ni en otra parte, confundiendo a la iglesia, no anunciada todavía; que el reino terrenal. El mayor que Juan, sin embargo, si se permitiera la interpretación de que “cualquier predicador en la iglesia sabe más del reino que lo que sabía Juan, cabe hacer la pregunta, ¿Por qué teólogos sabios, con ese conocimiento superior descubren varias clases de reinos? ¿Por qué es que carece la informalidad entre ellos? A lo menos Juan fue librado de una confusión de ideas. Queda pues en el que su mensaje sencillo, hasta que se inventen teorías más recomendables que las que ofrecen los defensores anti milenarios. En cuanto a la declaración de Cristo en el siguiente versículo, acerca de aquellos que actúan violentamente durante el breve periodo entre el ministerio de Juan y el momento en el cual habló Cristo el rey y sus heraldos sufrieron violencia, 7 este es el más grande e importante significado del pasaje; pero también es cierto que algunos estaban llegando a ser, de manera resuelta, sus discípulos. Lucas 16-16.
Queda por contemplar que el ministerio de Juan sirvió como la consumación del orden del Antiguo Testamento. Cristo dijo “Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan”. Mateo 11-1. Y esto está en completa armonía con el hecho evidente de que Juan vio el reino, que fue el tema de la predicación de Juan, de Cristo y de los discípulos hasta que el mesías fue rechazado y no propuso su reino. “Dios nos ama”.