A medida que se acercan las elecciones judiciales de 2025 en México, muchos jueces, magistrados y ministros han decidido no participar. Esta reforma, que busca renovar el sistema judicial mediante elecciones populares, ha generado rechazo entre los jueces, quienes argumentan que la medida amenaza la independencia del poder judicial. Los críticos señalan que la reforma podría abrir la puerta a un proceso político influenciado por intereses partidistas, lo que perjudicaría la imparcialidad de los nombramientos judiciales.