CHOLULA.- Se escucha por ahí que los panteones en el municipio, siguen cerrados al público en general, solo pueden ingresar 15 personas, cuando tienen la pena de ir a dejar a un ser querido, los demás dolientes se quedan en el exterior. La medida tiene como finalidad el evitar aglomeraciones, lo cual representa un alto riesgo de contagios de Covid-19. Sin embargo, no se puede evitar que en un domicilio particular, se reúna un importante número de personas, sobre todo familiares, quienes velan el cuerpo, y luego lo llevan hasta el panteón, despidiéndolo en la puerta de acceso y mientras que lo sepultan, estando el mínimo de personas, los demás aguardan en la calle, sobre la banqueta, lo malo que muchas de esas personas no guardan la sana distancia, no usan el cubre-boca, así el riesgo está latente. ¿Será? Se escucha pro ahí que ante esto, nadie sabe aun cuando podrán ser reabiertos los panteones, y cómo será la temporada de Todos santos, si es que la medida se mantiene. Será muchos los que quieran acudir a visitar al ser querido ahí enterrado, y más si ha sido durante la pandemia. Habrá que esperar que las autoridades informen al respecto. ¿Será? Se escucha por ahí que se ido reabriendo sus puertas casi todos los negocios, aún hay algunos que por el giro que tienen, no lo pueden hacer, tal es el caso de las cantinas, botaneros, antros, y demás negocios clasificados como “giro negro”, pero no faltan los dueños “inteligentes”, a quienes les importa un pepino el decreto estatal y la disposición federal, de permanecer cerrados hasta que las condiciones lo permitan. En el mercado de Mixquitla, decidieron abrir una pulquería, y a lo grande, con música y todo, pero no solo eso, sino tener las puertas abiertas fuera del horario de dicho mercado, y del establecido para el comercio en general. A las 8 de la noche, seguía el escándalo, causando el malestar entre locatarios, quienes consideran se afecta la imagen del mercado, y de vecinos, quienes consideran que esos negocios deberían de estar cerrados, y sancionados cuando se ve que no respetan la ley, con exceso de personas en su interior. ¿Será? Se escucha por ahí que a lo largo de la recta y en San Andrés Cholula, hay muchos restaurantes, la mayoría propiedad de vecinos de Puebla capital, quienes se pasan por el arco del triunfo, las disposiciones de solo tener un 30 por ciento de su capacidad, el pasado fin de semana, a más del 100 por ciento, y de las medidas sanitarias, ni dueño, ni empleados, ni clientes, las respetan. Lo importante es por un lado vender y vender, ganar y ganar, y por el otro la “desesperación” de poder estar en algún restaurante, ser de los primeros y presumir en sus redes sociales. Quienes acatan las medidas, no solo se encabritan, la ley no está siendo pareja como dicen ellos, y sale a relucir el tema de la corrupción, porque de que otra manera se explican que esos negocios puedan no solo tener sus puertas abiertas, sino tener exceso de clientes; además se lamentan porque se puede generar un rebrote por la irresponsabilidad y ambición de unos cuantos, quienes ignoran totalmente al gobierno del Estado. ¿Será? Se escucha por ahí que es increíble, que en pleno centro de la ciudad de Cholula de Rivadavia, sobre la 2 Sur y Morelos, se metiera en sentido contrario, sobre la 2 Sur, a eso de las 11 horas, un automovilista particular, un cuarto de calle, el chofer, sujeto joven, no mayor de 30 años, el carro un Mustang, con placa de orto estado, al parecer Michoacán, enojado porque no lo dejaban seguir de frente los particulares quienes iban correctamente, se tuvo que echar de reversa, el agente vial que estaba en la esquina. Se acercó temeroso, le hacía señas para que siguiera de revesa, el sujeto, acompañado de otro con cara de borracho, puso el carro en dirección a la vía del tren, cuando se le acercaba el uniformado, quien hacia señas a algún compañero sobre la Morelos hacia el portal, se acercó al conductor, quien se burló de él, aceleró y fuga, en la 4 Norte, otro uniformado le hacía señas para que se detuviera, y nada, en la 6 Norte, el particular dio vuelta y se volvió ojo de hormiga. Lamentable, no tener un protocolo o no aplicarlo, para situaciones de ese tipo. A señas no se puede detener a nadie, lo malo, que la integridad de ciudadanos, estuvo en riesgo, ya que los tipos parecían ebrios, manejando a alta velocidad en calles del centro de la ciudad, y los elementos, o no pidieron apoyo, o les importó un pepino todo, porque luego, a seguir viendo pasar el tiempo, ahí en la esquina asignada. Abuuuuuuuuuurrrrrrrrrr.