Paletas de Caramelo

Por Nancy LUNA SORCIA

CHOLULA.- El primer caramelo con palo fue el pirulí. Un pirulí es un caramelo duro y colorido de forma cónica o piramidal con punta muy aguda, con un palito en la base que sirve para sostenerlo. El pirulí en Argentina se llama pirulín; en Chile pico dulce; en México chupirul; en Bolivia se llama pirulo; y en Guatemala se llama chupete.

En el siglo XIX, en España y Latinoamérica se comercializaba el llamado pirulí de la Habana que, como cantaban los vendedores ambulantes: «se come sin gana». Se trata de un caramelo cónico insertado por su base en un palito de madera. La peculiar forma del dulce se debía a que el caramelo caliente y líquido era depositado en un cucurucho.


La piruleta, sin embargo, se distingue por su forma cilíndrica plana. Esta modalidad era común en América, donde respondía a distintos nombres según el lugar: en Venezuela, por ejemplo, se llamaba chupeta; y en Puerto Rico, y México, paleta. Con la llegada de las máquinas de fabricación en serie.

La piruleta nace para los españoles en los años 60 cuando la empresa Fiesta comienza a fabricar caramelos con palo. La comercialización del dulce americano llegaría a España tras la fundación de Fiesta con accionistas de Venezuela y Puerto Rico. Pero el nombre podía confundirse con chupete y paleto, así que un amigo cubano sugirió a la empresa llamarlo piruleta como derivado del pirulí.

Y el caramelo con palo más conocido en el mundo es el chupachús, cuyo nombre procede de la famosa marca distribuidora.

Se diferencia de las piruletas y pirulíes por su forma esférica u oval, con un palito cilíndrico insertado en el centro de la esfera que sirve para sostenerlo. Viene envuelto en un papel de celofán.

El origen del primer caramelo con palo en la historia se remonta a 1958, cuando Enric Bernat tuvo la idea revolucionaria de imaginar cómo sería comer un caramelo con un tenedor y así se dio el dulce comienzo de una historia que ha deleitado y recordado el placer de chupar que todos tenemos desde el nacimiento.

Después vino un momento asombroso, cuando Salvador Dalí rediseño la imagen de la marca en 1969. El peculiar artista surrealista se apartó de lo convencional y su diseño incluyó la forma de una margarita, así se creó uno de los logos más famosos del mundo.

Y es que las paletas de esta marca son asombrosas, desde sus sabores exóticos, hasta las ya tradicionales como fresas con crema y choco vainilla, deleitando los paladares de chicos y grandes.