No hubo procesión de los faroles

* La noche del 31, fría, llena de nostalgia * Muchos colocaron una veladora en la venta que da a la calle

Por Epigmenio ROJAS CASTRO

CHOLULA.- La noche del 31, en Cholula de Rivadavia, fue muy diferente, no hubo el tradicional bullicio, las notas musicales de las bandas de viento, no se esparcieron, las calles desiertas, era la noche de la “Procesión de los Faroles”, nos e llevó a cabo, y solo en muchas casas, se vieron veladoras en las ventas que dan a la calle, o en la puerta de acceso al domicilio.

Luego de casi 45 años de venirse desarrollando la tradicional “Procesión de los Faroles”, se ve interrumpida por la pandemia del Covid-19, quienes fueron de los organizadores o de los primeros en participar, reflejaban tristeza en sus rostros, la añoranza los invadió, comentaban “Teníamos la confianza de que si se podría realizar como cada año, pero no se pudo, como dicen, primero la salud-.

Así la ciudad lució diferente, las calles por donde tradicionalmente pasa esta procesión, con la presencia de los 10 barrios, las imágenes bellamente adornadas con flores, cubiertas con sus impermeables si era necesario, decenas de cholultecas, hijos de cada barrio, cargando la imagen y acompañando a la misma, con rezos, porras, con muchas muestras de alegría que reflejaran a la distancia la presencia de su barrio, del cual se sienten orgullosos; hoy desiertas, en silencio, veladoras en las ventas, zaguanes, incluso en las guarniciones de las banquetas.

Los faroles, elaborados de madera delgada, adornados con papel celofán, con su veladora o vela al centro, que algunas administraciones municipales en el pasado, regalaban una dotación, fomentando esta noche, que se convirtió en un atractivo turístico, de mucho respeto a las imágenes; quedaron guardados, esperando los saquen el próximo año.

En esta ocasión, previo acuerdo entre los Mayordomos de cada templo, hicieron sonar las campanas de los templos a eso de las 8 de la noche, como si estuvieren anunciando el inicio de la procesión, al primer minuto del 1 de septiembre, de nueva cuenta, lanzaron salvas al aire, y todos con la mirada hacia el santuario.

-Ya nos desquitaremos el próximo año, la haremos en grande, por ahora a hacer caso, es por nuestra salud y la de nuestras familias. Ni modo, ya será para el próximo año, festejar nuestra feria-; comentaban muchos.

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