Por Nancy LUNA
CHOLULA.- El fondo de los océanos es el lugar menos explorado de nuestro planeta. De hecho, conocemos mejor la superficie de Marte que las profundidades marinas. En este artículo vamos a echar un vistazo a los misterios que oculta el fondo submarino.
Desde hace cientos e incluso miles de años, ha habido personas dedicadas de un modo u otro a la ciencia, en especial a estudiar el universo que nos rodea y las características de nuestro planeta.
Por supuesto, es normal querer saber más del mundo en el que vivimos, especialmente de ciertos lugares que resultan especialmente difíciles de explorar, como las cumbres más altas o las cuevas más profundas.
Pero sin duda alguna, el lugar más misterioso de nuestro planeta son los océanos. Los océanos cubren más del 70% de la superficie de nuestro planeta, y han sido la fuente de numerosos mitos y leyendas para culturas de todo el mundo.
¿Podrías imaginar lagos, ríos y cascadas en el fondo del océano? La idea suena casi ridícula. A fin de cuentas, ¿cómo es posible que haya otros cuerpos de agua dentro de un océano?
Por extraño que pueda parecer, estos fenómenos no son una rareza en el fondo marinos. En diversas partes del mundo se han encontrado ríos, lagos e incluso cascadas dentro del océano.
Por ejemplo, la mayor cascada del mundo está en el océano Atlántico, en el estrecho entre Groenlandia e Islandia. Esta cascada desciende unos tres kilómetros hasta el fondo oceánico, lo que la hace tres veces más alta que la mayor cascada que podemos encontrar en la superficie.
Estas cascadas submarinas, al igual que muchos ríos y lagos que pueden encontrarse en el fondo de los océanos, están causadas por algo sorprendentemente simple: la diferencia de densidad entre el agua fría y el agua caliente.
En esa zona convergen corrientes de agua fría y agua caliente. El agua fría, al ser más densa, fluye por debajo del agua caliente, y desciende por una pendiente en el fondo del océano, creando una cascada de muchísimo caudal.
También hay otro motivo por el que pueden crearse cascadas, ríos y similares bajo el agua. Una razón muy habitual es la concentración de sal en el agua. Por ejemplo, muchos lagos submarinos tienen concentraciones de sal muy elevadas.
La sal hace que esa agua sea mucho más densa que la que hay en su entorno, y se concentra formando lagos. Además, estos lagos submarinos suelen tener grandes cantidades de metano, que pese a ser tóxico para la mayoría de seres vivos, también es una fuente de nutrientes para algunas bacterias y moluscos.
En general, se sabe muy poco de estos cuerpos de agua que se forman en las profundidades marinas. Son un descubrimiento relativamente reciente, y no se dispone de mucha información respecto a sus características, los seres vivos que los habitan, o su efecto a gran escala en los ecosistemas marinos.
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