Indagando, Ando
Por Mtro. Gerardo Galicia Vélez
Esta semana estaba realizando un estudio en un punto de venta y me di cuenta de las nuevas envolturas de algunos productos de marcas reconocidas como marinela, bimbo o sabritas, considerados como comida chatarra por el alto contenido de sustancias que afectan al organismo y por lo tanto no son nutritivas. Las nuevas envolturas traen consigo una advertencia del alto contenido en grasas saturadas, exceso de calorías o de sodio.
Como mercadólogo, diría que lo cierto es que ese tipo de leyenda en nada va a contribuir a la disminución de ventas ni a generar conciencia para mejorar la nutrición.
Para este tipo de productos el empaque si es importante, pues es la presentación para que los compradores puedan tener acceso a estos, sin embargo, no basa su estrategia de venta en la envoltura porque cuentan ya con campañas estructuradas de marketing, con su segmentos de mercado bien definidos, además por este tipo de comida ya lograron la fidelización de los productos, es decir el cliente ya tiene cierta lealtad a lo que está consumiendo, las metas de venta están estipuladas, sin dejar las campañas de promoción en televisión o redes sociales.
Las leyendas en cada uno de las envolturas de la llamada comida chatarra no funcionará porque las marcas ya lograron ganarse la confianza, el sentimiento de pertenencia y en su publicidad ofrecen una experiencia de consumo, por lo que tampoco verán mermadas sus ventas, así lo demuestra un gráfico que nos compartieron estudiantes de mercadotecnia a consumidores jóvenes de comida chatarra cuando realizaron una encuesta que muestra una foto del producto al preguntar ¿Este tipo de publicidad te influye para que dejes de comprar el producto?
Como nos damos cuenta en el gráfico para el 47.4 por ciento de las personas encuestadas no influye este tipo de publicidad, 31 por ciento no contestó, solo un 14.3 dijo que si influiría y 7.3 por ciento parcialmente.
Desde nuestro punto de vista la estrategia gubernamental debe ir enfocada en otro sentido, partiendo de acciones en materia de educación nutricional en las escuelas, medios de comunicación y redes sociales que se lleve a cabo en varias etapas con indicadores de medición para medir la efectividad, con acompañamiento de las marcas líderes de comida chatarra y un plan estructurado de cultura física.
Si no se genera un verdadero plan de activación física y de nutrición enfocado a los niños y se siguen haciendo este tipo de acciones aisladas, seguramente vamos a seguir teniendo personas con sobrepeso.