* México se quedó con las ganas de llegar a la final, ya que Japón lo derrotó 6-5 en el Clásico Mundial de Beisbol; los nipones hicieron valer su condición de favoritos
MIAMI, USA.- La Selección Mexicana de beisbol, que venía escribiendo la mejor página de su historia, perdió ante Japón por 6 carreras a 5 en las semifinales del V Clásico Mundial y se quedó a un paso de la gran final. En cambio, los nipones se medirán en la gran final a los Estados Unidos.
Previamente el equipo mexicano había perdido a dos de sus más emblemáticos lanzadores: Luis Cessa y Julio Urías, por pedido de sus equipos, que militan en las Grandes Ligas.
Sin embargo, en el encuentro contra Japón se pudo ver que Julio Urías alentó a sus compañeros.
Mientras que Cessa abandonó la concentración del Tricolor en Miami para viajar a Scottsdale, Arizona, donde acampan los Rojos de Cincinnati en su preparación para la temporada.
“Con profunda tristeza les comparto que no podré finalizar mi participación con México en el Clásico Mundial, un evento que soñaba tanto», escribió el veracruzano, que lanzó en el debut del torneo, que terminó con victoria de Colombia en tiempo extra”
Urías participó en dos juegos del Clásico Mundial en los que fue inicialista. Permitió 7 carreras en 9 entradas y ponchó a 10 rivales.
Empezaron a soñar con la hazaña
México lo tuvo todo para ganar y agigantar su hazaña en 2023. Jarren Durán, patrullero de los Medias Rojas nacido hace 26 años en la ciudad estadounidense de Corona, firmó la quinta carrera, que parecía ser la decisiva para la histórica victoria mexicana en el LeonDepot Park.
Antes, Luis Fernando Urías, tercera base de los Cerveceros de Milwaukee, abrió la esperanza al conectar un jonrón de tres carreras en la cuarta entrada.
Japón igualó el encuentro con un vuelacercas que llevó tres carreras al plato en el séptimo episodio.
Pero México volvió a tomar la delantera en el octavo con el cubano nacionalizado mexicano Randy Arozarena, otra de las figuras del partido y del torneo, y el puntillazo del estadounidense Durán, que prefirió jugar con México.
Los pupilos de Benjamin Gil ya no dudaban de la posibilidad de eliminar al país que encabeza con dos títulos (2006 y 2009) el palmarés del Clásico Mundial.
Urías, que había inquietado a Roki Sasaki con un sencillo en la parte alta de la segunda entrada, llegó a su turno a la cuarta con bases llenas y rompió el equilibrio en el juego con un jonrón que extravió la bola en el jardín central que y puso a cobrar a Rowdy Téllez e Isaac Paredes.
A partir de entonces, todo pareció confabularse con los mexicanos para agigantar su hazaña en el torneo.
El abridor Sasaki, de 21 años, temido entre los rivales por sus bolas rápidas, que suelen alcanzar tres dígitos, se desinfló tras el bambinazo de Urías y dejó la lomita en la parte alta de la quinta entrada a Yoshinobu Yamamoto.
Ya en la parte baja de la quinta Kazuma Okamoto encendió su bate con un descomunal impacto profundo al callejón izquierdo y, de la nada, Randy Arozarena, el cubano de Pinar del Río nacionalizado hace dos años mexicano, apareció para elevarse frente a la barda y atrapar la pelota.
Los Samuráis azules tardaron unos segundos para enterarse del out casi imposible, pero para entonces el público aplaudía al jardinero, que celebró la gran atrapada con su marca registrada: posando rígido para las cámaras.
El nuevo ídolo de los mexicanos, que se identifica con el número 56, volvió a aparecer minutos después para cortar con su guante un largo batazo de Kensuke Kondoh y clausurar así la amenaza japonesa en el quinto episodio.
Pero se volteó la tortilla
Con la misma dosis de Urías, Japón volvió a la vida en el juego al conectar Masataka Yoshida un cuadrangular de tres carreras que llevó por delante a la gran figura Shohei Ohtani y a Kensuke Kondo.
Así, Japón igualó a México con un cuadrangular de tres carreras en el séptimo ‘inning’.
El batazo de Masataka Yoshida se llevó por delante a Shonhei Ohtani y Kensuke Kondo para elevar el 3-3 transitorio.
Pero la felicidad de los pupilos del mánager Kuriyama duró muy poco debido a que en la parte alta del octavo episodio Alex Verdugo despachó un doblete que se internó por el jardín central y remolcó desde segunda base a la registradora a Arozarena para el 4-3 en el tablero.
México volvía a acariciar la hazaña
No era apenas un sueño, pues a continuación Isaac Paredes catapultó la bola al jardín izquierdo y de paso a Jarren Durán para facturar la nueva carrera y poner dos de ventaja, 5-3, sobre Japón.
Nada estaba escrito, ni los de Kuriyama estaban dispuestos a resignar la posibilidad de jugar este martes por su tercer título del clásico.
En el cierre del octavo ‘inning’ Hotawa Yamakawa metió un elevado de sacrificio que fue capturado por Arozarena, pero la jugada dio el tiempo suficiente para que Takumu Nakan anotara el 5-4 desde la tercera almohadilla.
Sobre el final, cuando México comenzaba a festejar, apareció el batazo remolcador de dos carreras de Munetaka Murakami. Y el sueño mexicano llegó hasta aquí, con el 5-6 en la pizarra.
Una actuación muy decorosa
Si bien no muchos predijeron que México llegaría tan lejos, en realidad hizo un papel muy decoroso y en la primera fase logró superar a Estados Unidos gracias a las actuaciones dominantes de Randy Arozarena y Joey Meneses.
Los equipos semifinalistas sólo se habían enfrentado una vez antes, en 2006; entonces, Japón venció a México, 6-1.