* Los acusaron de ser ladrones de autos * El pueblo cansado de inseguridad se hizo justicia * Sobrevive una mujer, está mal herida y custodiada por el pueblo
Por Julio C ÉSAR SOLÍS
ATLIXCO.- Como presuntos responsable de los delitos de robo de autos, fueron detenidos por un grupo de vecinos de la junta auxiliar de San Jerónimo Coyula, 4 sujetos, a quienes lincharon de manera salvaje y cruel, a 2 de ellos los quemaron vivos, a otros a golpes en todo el cuerpo y la mujer, quien llegó a pedir clemencia y decía eran inocentes, la retuvieron la tienen custodiada y con los ojos vendados, además de haberla golpeado.
Todo inicia la noche del pasado lunes 10 de junio, cuando vecinos de Coyula, son notificados de que se habían robados 2 autos, uno en Tochimilco y otro en San Juan Tianguismanalco; así que cuando pasaron los supuestos ladrones, fueron interceptados y retenidos, se juntó una gran cantidad de vecinos, más de 500, y empezó a escucharse la voz de que los tenían que linchar como escarmiento, están cansados de les vayan a robar lo que con tanto trabajo les ha costado obtener.
Se dio la voz de alerta para que policías estatales y de municipios cercanos, acudieran a dar ayuda, ya se estaba viviendo el terror, la turba enardecida incitada por algunos hombres y mujeres, pedían el linchamiento, las víctimas negaban hacer cometido el robo o los robos, y es que en días pasados se habían robado también 2 camionetas, pero nadie escuchaban, estaban cegados por la ira, la furia.
El pueblo se fue ubicando, unos a las puertas de la presidencia auxiliar, otros en diversas zonas de la comunidad, se escuchaban gritos por todas partes.
Empezaron a pegarles con gran furia a los detenidos, quienes ya no sentían lo duro, sino lo tupido de tanto golpe de todo tipo, a 2 los rociaron con gasolina y les prendieron fuego, lanzando aterradores gritos de dolor, mientras que decenas de lugareños los veían retorcerse, hubo quienes se reían de la grotesca escena. Finalmente perdieron la vida y los cuerpos aún envueltos en las llamas quedaron en el piso.
Los otros ya no aguantaron tanto golpe y perdieron la vida, y aun así les seguían pegando.
Una mujer intervino, decía que eran inocentes, que los dejaran, nadie la escuchaba, fue sujetada y atada, la vendaron de los ojos, y la retuvieron, siendo también golpeada.
Viste un pantalón de pants gris, una calceta gris con rosa y otra negra, con huellas de que la hicieron caminar mucho, porque se ven llenar de tierra, y hasta paja, la sangre seca le cubre la cara, los labios resecos y las marcas de los golpes en los brazos en los mechones de cabello arrancados y aunque no se le veían los ojos se le marcaba el terror del momento vivido.
Finalmente la fuerza pública logró pasar barricadas que habían puesto los pobladores, pero ya solo estaban los cuerpos de los desconocidos.
Ahora los lugareños negociaban la entrega de la mujer, no investigaciones, no detenciones, si el gobierno cumple con ello, les entregarían a la mujer.