Leyendo e Imaginando con Liz Gallegos

Licenciada en Criminología, Criminalística y Técnicas Periciales.

En memoria de mi abuelita PETRA CANDIA L y seres

 queridos que han perdido amigos lectores

SAN ANDRÉS.- Encontrar un sentido y aceptación a algún proceso de muerte o a alguna pérdida significativa con un entorno de contención al buscar un lugar tranquilo y privado para dialogar. Con una conversación que transmita calidez, interés y respeto.  Al hablar de la persona fallecida, recordar tiempo pasado puede dar inicio al primer encuentro con la persona en duelo pidiéndole que le cuente acerca del fallecimiento en cuestión. ¿Qué sucedió ese día o esa noche? Tu último suspiro abuelita la imagino de paz de satisfacción de mucha luz, eres la única persona que conocí con un carácter noble, bondadoso, de mucho amor, nunca te enojaste, nunca regañaste a nadie a pesar que fuimos una familia muy grande, nunca odiaste, disculpaste a quien hacía daño, nos enseñaste a perdonar y no discutir, siempre te preguntaste ¿por qué se enojan? Nunca te intereso lo material, agradecida una oración, una sonrisa pero lo material no fue tu prioridad.

Todos experimentamos muchas pérdidas a lo largo de la vida, pero la muerte de un ser querido tiene un vacío y profunda tristeza. Su mundo se ha detenido. Puede citar la hora exacta a la que falleció su ser querido. Está marcada en su memoria y grabada en su alma. Hay momentos en que parece extraño que el mundo continúe como si nada hubiera sucedido, cuando el mundo de usted se ha puesto de cabeza.

Su vida continúa, pero usted no tiene seguridad de por qué. Una vida diferente está frente a usted, una en la que su ser querido no estará físicamente presente. Por mucho que las personas lo intenten, nadie puede encontrar palabras para hacerle sentir mejor o hacer que desaparezca este dolor.  Lo que está sintiendo es duelo.

El duelo es el reflejo de una conexión que se ha perdido y de lo que sentimos en el interior su pérdida y la aflicción que la acompaña son muy personales, diferentes a las de los demás.

Solo usted quienes vivimos una pérdida sabemos lo que perdimos. Siente su mundo interior de duelo, aunque algunos pueden no mostrarlo en su luto o apariencia externa.

La aflicción anticipada no disminuye necesariamente el dolor que sentimos después. No es nuestra elección si sentiremos un duelo anticipado o no. Puede o no ser parte de su proceso de duelo personal. Si es o lo fue, no lo juzgue. Solo debe saber que la posibilidad de la pérdida de su ser querido fue suficiente para que su psique comience a protegerse a sí misma.

Mi abuelita sufría dolor y fue doloroso ver sufría siendo tan buena, hasta el último momento nos dio ejemplo de disculpar, humildad y perdonar si hacíamos daño.

Aliente el uso de símbolos y «objetos de transición» como fotos, grabaciones de video o audio, prendas de vestir o joyas, o una colección que era especial para el difunto.

Sugiera expresar sus pensamientos o sentimientos al escribir una carta a la persona fallecida, a Dios o a alguna otra deidad.

Proponga conservar un diario, poema u otros recuerdos especiales de la experiencia de duelo.

Sugiera usar obras artísticas, libros de recuerdos, cajas de recuerdos y otros objetos similares para expresar sus sentimientos de dolor. Si tienes «asuntos no resueltos» con la persona que falleció, aliéntelo (como lo haría un especialista en duelo) a recrear el conflicto en su mente e imaginar cómo podría haberlo resuelto. Enfocarse en lo que el sobreviviente pudo hacer por la persona fallecida —en lugar de centrarse en lo que debería haber hecho— puede facilitar la recuperación.

Goza de la presencia de nuestro Padre Celestial, brille la luz perpetua.

AMEN.

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