Por Nancy LUNA
CHOLULA.- Ya sea con la forma tradicional con picos o con la forma de distintos personajes, las piñatas son un elemento tan mexicano como el mole o el himno nacional. Hace 400 años aparecieron las primeras piñatas como las conocemos.
Las piñatas se originaron en China, cuando al inicio del año nuevo se construían figuras de vacas y bueyes forradas con papeles de colores, mismos que se rellenaban con cinco clases diferentes de semillas.
Estas caían al suelo tras ser golpeadas por cada uno de los participantes con palos multicolores. Al terminar la celebración, los restos de las figuras eran quemados y los participantes llevaban a casa la cenizas para regarlas en sus campos y así esperar una buena cosecha para la primavera.
Fueron los viajes de Marco Polo los que dieron a conocer esta antigua costumbre mandarina a Europa, cuando el viajero llevó a Italia, en el siglo XIII, muestras e historias de China. Así, los italianos nombraron pignatta a aquellas figuras y cambiaron su forma, convirtiéndolas en ollas de barro forradas de papeles multicolores. La costumbre se adoptó en casi todo el continente y poco a poco fue tomando un sentido religioso, llegando a bautizar al primer domingo después del Miércoles de Ceniza como Domingo de Piñata.
Llegaron a México
Durante la conquista, los españoles trajeron la costumbre a México convirtiéndola en una nueva herramienta para la evangelización, representando con ella de manera simbólica la lucha del bien contra el mal. Así, forraron la olla de barro con colores vistosos representando las tentaciones y le agregaron siete picos, los cuales simbolizaban los siete pecados capitales.
Con el paso del tiempo, las tradiciones han ido cambiando, comentaba Rosalía Molina, quien organizaba posadas cada año desde 1940. “Anteriormente, las piñatas que se rompían en las posadas se rellenaban con frutas de temporada como cacahuates, jícamas, cañas, tejocotes, naranjas y mandarinas. Ahora les ponen dulces y ya casi descartan por completo la fruta; además la piñata ya no tiene siete picos, sino cinco”.
La piñata navideña simboliza al diablo y sus picos los 7 pecados capitales. Al niño con los ojos vendados y su palo es la Fe, ciega e inquebrantable, listo para vencer al diablo rompiendo la piñata. El contenido de la piñata son todas las bienaventuranzas que se ganan cuando se vence al mal (diablo).