Fiesta de la Embriaguez Espiritual
Parte II
Dra. Margarita TLAPA ALMONTE
CHOLULA.- Al término de la ceremonia de la misa de la Tlahuanca el sacerdote junto con los veladores o alumbradores, mayordomos y la comunidad de los diez barrios, realizan una Procesión con la imagen de San Pedro de Ánimas, quien, de acuerdo a los relatos de los tiachcas y principales, la Tlahuanca tiene una interpretación mitológica en relación a la creación del hombre por lo que en esta ocasión sólo preside la Procesión. Se realiza al interior y alrededor del templo de la Capilla Real, posiblemente son las vueltas que Quetzalcóatl da alrededor del “circulo de jade” para bajar por los huesos de sus antepasados custodiados por el dios del inframundo Mictlantecuhtli, recorre los cuatro rumbos y cuatro puntos de la Cruz. La imagen de San Pedro porta sus llaves de la mano hacia abajo, significa que Quetzalcóatl baja al inframundo (Mictlán), de ahí la Bajada del barrio anfitrión a la Capilla Real. San Pedro de Ánimas porta vestimenta color blanco y negro, en algunas ocasiones morado, para recordar el duelo a los difuntos y/o la Pasión de Cristo, recuerda a la dualidad mítica de Quetzalcóatl y Xólotl en una misma identidad con quien baja al inframundo para cubrirse de los espíritus del Mictlán. En la época prehispánica el color blanco sólo lo portaban en sus vestimentas los dioses. El color negro representa la noche, la oscuridad, el frío, la sequía, la guerra, el hambre, la estación de secas, la noche, el rumbo del Mictlán, lugar donde reposan los muertos, morada de los dioses del inframundo y la muerte, el nivel nueve (las nueve llanuras), representa a Xólotl lucero vespertino y hermano gemelo de Quetzalcóatl.
Según el mito Miclantecuhtli envía a Quetzalcóatl al inframundo a buscar los huesos-jade (chalchiuhomit) de sus antepasados para crear de nuevo a los hombres, se viste de negro para pasar desapercibido, baja por decisión propia en forma de Xólotl, nahual o perro que acompaña al Sol y cuyo sacrificio es indispensable para la liberación del espíritu. En la interpretación histórica de las tradiciones de San Pedro Cholula posiblemente esta forma de pasar desapercibido, es la llamada “Bajada de Santo Entierro” durante la Cuaresma, una imagen de Cristo muerto, saliendo de su templo solo por la tarde-noche a la Parroquia de San Pedro en las celebraciones de Domingo de Carnaval celebración previa para iniciar el tiempo de la Cuaresma y Jueves Santo en la Capilla Real.
En el mito a Quetzalcóatl da vuelta al círculo tropieza, la Procesión de la Tlahuanca recorre los cuatro Altares ubicados en las cuatro esquinas del interior del templo de la Capilla Real, posiblemente representan los cuatro rumbos del universo. Durante la Procesión, en cada altar se rezan los responsorios dedicados a los tiachcas difuntos, en la parte central se coloca la imagen de San Pedro Ánimas, se ofrece copal, se toca el carrizo o flauta y hace sonar el tochacate el tochacatero para hacer reflexión y la petición de la lluvia por el inicio del nuevo ciclo agrícola. Los alumbradores o veladores y mayordomos anteceden la Procesión seguidos de San Pedro de Ánimas, al lado la imagen de la Virgen de Guadalupe.
Los tiachcas mencionan que hace décadas está Procesión se realizaba fuera de la Capilla Real, los responsorios se rezaban en las cruces atriales que se encontraban en el trayecto del barrio donde se encontraba la Circular. Con los años, por la severas condenas y restricciones impuesta a la festividad, no sólo se domesticó la fiesta que fue menguando hasta desparecer, sino que desapareció con ella el pulque como bebida tradicional preferente en las festividades religiosas, colectivas y privadas, en Cholula.
Al término de la Procesión y Misa, los mayordomos de la Circular de San Pedro de Ánimas junto con los mayordomos de las Circulares de Guadalupe y Remedios, huehuetiahcas, tiachcas, principales, mayordomos del barrio, Hermandades y mayordomos de los cargos menores del barrio anfitrión, portando cetros y platos de los cargos que representan, agradecen a cada uno de los tiachcas, principales (veladores) y mayordomos de los nueve barrios invitados, su asistencia a la fiesta de la Tlahuanca.
Al mismo tiempo, el mayordomo de San Pedro de Ánimas obsequia un agradecimiento impreso de San Pedro de Ánimas o la Virgen del Carmen, además de ofrecer a los alumbradores y mayordomos invitados de los nueve barrios, una jícara o vaso de pulque (como una reliquia) para celebrar la Tlahuanca y símbolo de embriaguez espiritual (sangre de Jesucristo). Para los tiachcas y principales de los barrios la celebración de la misa es el acto central de la fiesta de la Tlahuanca, representa un banquete, la Eucarística el acto de culto a Jesucristo quien se sacrificó así mismo. Por esta razón los mayordomos de las Circulares y de barrios ofrecen comida y bebida a sus principales, lo que Dios le socorrió para obsequiarlo, convivir en armonía, compartiendo los alimentos para conservar la fe, la tradición y la cohesión social entre sus principales, su comunidad de barrio y entre los diez barrios. Ofrecen pulque como bebida ritual de tradición ancestral, en la Eucaristía a través de la sangre de Jesucristo, alimento espiritual para transformar al católico desde su interior para vivir, entregar el corazón y dejar al espíritu actuar a través de la Resurrección.
El pulque en la Tlahuanca, es uno de los principales elementos que simboliza, caracteriza y define la fiesta. Se ofrece pulque para la celebración es paralelo al vino que se ofrece en la Eucaristía, representa la embriaguez espiritual, la borrachera sagrada, de los grandes, de los señores del saber durante la celebración Eucarística a través de la espiritualidad, de la convivencia y cohesión social del barrio y de los barrios en una fiesta principal del sistema de cargos mayores. Beber pulque como se hacía en los tiempos prehispánicos, recordar las raíces a través de la bebida más antigua de México, recordar a los difuntos, pedir por la lluvia y la fertilidad agrícola, al mismo tiempo, recordar como católicos la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. La misma tradición religiosa que se ha reproducido en los barrios con la finalidad de conservar la identidad, la religiosidad, pero sobre todo la estructura y organización social de los barrios de la ciudad viva más antigua, la ciudad Sagrada de Cholula.