La pugna eterna

CHOLULA.- Parecería romántico decir que desde tiempos inmemoriales ha existido una rivalidad entre la carrera de medicina y el resto de licenciaturas en cualquier universidad, dicha pugna es tan añeja como la suscitada entre la Universidad Nacional y el Instituto Politécnico, o como la de los centros escolares más famosos de Puebla.

El origen de dicha afrenta es hasta ahora desconocido, no se ha documentado una causa real, más allá de tal vez la frustración de una irrisoria minoría, muchos no tomamos más que a broma dicha verborrea.

Sin embargo, durante los últimos años, algunos sectores de la sociedad han sido muy incisivos ante las opiniones y decisiones de los políticos, corría el 2019 cuando se recortaron las becas a médicos pasantes y residentes, la crítica fue durísima, sobajando el trabajo que se hace en clínicas rurales, esas mismas que no tienen condiciones para albergas especialistas.

Justamente ante la contratación de extranjeros para suplir a los médicos nacionales, las redes sociales han catalizado el desencanto del gremio médico, al igual que el de sectores de la sociedad, desempolvando la añeja afrenta entre profesiones, la cual, sinceramente considero ridícula.

Ninguna carrera es innecesaria, ningún oficio es prescindible, ¿que sería del tejido social sin carpinteros, taqueros o intendentes?, ¿Qué sería de la ciudad sin arquitectos, ingenieros o periodistas? ¿Cómo le haría la sierra sin agricultores, cafetaleros y campesinos? Es absurdo pelear por saber qué carrera es más importante, cuando debería reinar la cohesión y el patriotismo ante los actos que demeritan a nuestra profesión.

Es vergonzoso pensar que aquellos que hace dos años llamaron héroes sean ahora, por el dicho de un grupo de señores, llamados apátridas, mercenarios y demás terribles calificativos, es humillante comparar la profesión con otros profesionales, porque simplemente no existe la comparación entre un médico y un diseñador o un arquitecto, cada cual lleva su responsabilidad y su esfuerzo, al nivel que a cada uno le toca.

Basta de polarización, de bajezas, de calumnias contra el gremio médico.