La Importancia de las Políticas Públicas para la Infancia en la Agenda 2030 de la ONU

Por Gemma GRACIAN

CHOLULA.- Mis queridas y queridos lectores en un mundo que enfrenta desafíos cada vez más complejos, la atención y protección de los niños y niñas emergen como imperativos fundamentales para construir un futuro próspero y equitativo. La Agenda 2030 de la ONU, adoptada en 2015 por todos sus Estados miembros, posiciona la infancia como un componente central en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), reconociendo la necesidad crítica de políticas públicas enfocadas en su bienestar y desarrollo integral.

La Agenda 2030 aborda una amplia gama de desafíos globales, desde la erradicación de la pobreza hasta la protección del medio ambiente, pero no se puede lograr un progreso significativo sin priorizar el bienestar de los más jóvenes. Los niños y niñas son agentes de cambio y futuros líderes, y asegurar su salud, educación y protección es esencial para construir sociedades resilientes y sostenibles.

El cuarto objetivo de desarrollo sostenible (ODS 4) establece la necesidad de una «Educación de Calidad», reconociendo que una educación inclusiva y equitativa es un derecho fundamental de todos los niños y niñas. Las políticas públicas en este ámbito deben garantizar el acceso universal a la educación desde la primera infancia hasta la educación superior, eliminando barreras como la pobreza, la discriminación y la falta de infraestructura.

Asimismo, el quinto objetivo (ODS 5) enfatiza la «Igualdad de Género», reconociendo la importancia de empoderar a las niñas y garantizar sus derechos en todos los ámbitos. Las políticas públicas deben abordar las desigualdades de género desde una edad temprana, promoviendo la igualdad de oportunidades en la educación, la salud, y protegiendo a las niñas contra la violencia y el matrimonio infantil.

Además, la protección de la salud y el bienestar físico y emocional de los niños y niñas es fundamental para su desarrollo integral. Las políticas públicas deben garantizar el acceso a servicios de atención médica de calidad, incluidas vacunas, atención prenatal y posnatal, así como programas de salud mental para abordar el estrés y la ansiedad en la infancia.

La protección contra la violencia, el abuso y la explotación también es un aspecto crucial de las políticas públicas para la infancia. Los Estados deben adoptar medidas efectivas para prevenir y responder a todas las formas de violencia infantil, proporcionando sistemas de protección, acceso a la justicia y servicios de apoyo para las víctimas.

Las políticas públicas destinadas a la infancia son una inversión en el presente y el futuro de nuestras sociedades. Al priorizar el bienestar y desarrollo de los niños y niñas, no solo se cumplen los objetivos de la Agenda 2030, sino que también se construyen sociedades más justas, inclusivas y sostenibles para las generaciones venideras. La infancia no puede esperar, y es responsabilidad de todos garantizar un mundo donde cada niño y niña pueda alcanzar su máximo potencial.