Por Andrés FELIPE REYES
CHOLULA.- Cuando el arte dentro de un pueblo, municipio, estado o en un país entero es subyugada, clausurada o prohibida, es claro que algo se está haciendo mal, pues el totalitarismo del gobierno establecido se instaura a tal grado de no tener libertades básicas como ciudadanos, pero en el caso de San Pedro Cholula no ocurre algo así de lamentable, más bien, el olvido y la degradación de lo que la Cultura y el Arte representan en toda Cholula. No basta con festejar costumbres que cada vez pierden sentido por la ignorancia a la hora de ejecutar e interpretar estas, también lo es, el transformar el municipio por medio de la Cultura.
Recordemos que la palabra “cultura” proviene del latín “cultus” que significa cultivar, pero ¿Qué se puede cultivar en un municipio que tenga que ver con el arte? Simple, el transformar al choluteca, transformar al joven, al niño, o al adulto que quiera continuar la trascendencia que toda persona libre tiene, y que mejor, que un municipio de gran relevancia e importancia tiene como Cholula lo pueda hacer.
El tener cerrado un complejo cultural, un teatro de la ciudad, y no tener actividades artísticas en ya 3 semanas de gobierno, solo nos deja una conclusión apresurada, que no hay interés en el arte ni en ninguna actividad cultural. Pero ¿dónde surge esta degradante acción? En la ignorancia de los que están a cargo de la dirección de Cultura, pero no en su persona o currículo, pues hasta un mismo artista de primer nivel puede estar a cargo de esta dirección o todo lo contrario una persona que no tenga educación universitaria o ninguna experiencia en arte, pero ya sea un caso u otro, si no hay muestra de acciones que desde el primer día de gobierno sean ejecutadas por el bien de la cultura y el arte del cholulteca o de cualquier ciudadano que quiera ser participe, entonces hablamos de la nula importancia y la poca visión y percepción de lo que estas herramientas ofrecen a todos.
El entender esto es de gran urgencia, pues si no se ocupan los espacios que están específicamente construidos para la ejecución del arte y la cultura en el municipio, serán nuevamente ocupados como bodegas, centros abandonados y como la demostración de que se tienen los espacios pero no el ímpetu para reconstruir la enorme oportunidad de que la juventud ejecute el derecho de la vida misma, que es transformar nuestra sociedad en algo distinto a lo que ya estamos cansados de vivir, si uno no siente con sus sentidos, en todo su ser, y demostrarse lo que el arte representa para un pueblo, claramente nunca ha vivido la libertad de creatividad del cerebro, que es el arte mismo en sí, en su ejecución, en su expresión, en el vivir. Si se mantiene el oscurantismo y la conformidad de todo este simple pero destructivo problema, se provocara que no solo el artista consagrado sea encadenado, sino el artista que por una u otra razón ha sido olvidado o rechazado pero que quiera ejecutar y entrenar su arte en el municipio, o el niño, el joven o el adulto, que tenga interés y emoción por querer aprender a tocar un instrumento, a pintar un cuadro, a ejecutar cualquier danza, a cantar, a recitar un poema, filmar un video en forma cinematográfica, o aprender una lengua indígena o también una lengua extranjera, no tengan el derecho de hacerlo solo porque algunas personas no han entendido qué es el arte y la cultura, que no han entendido la enorme consecuencia de esto, que el cholulteca siga permaneciendo en un limbo de conformidad y siga siendo un autómata sin evolución.