* Los hijos de Joaquín Guzmán Loera fueron imputados por traficar fentanilo a Estados Unidos, tras establecer pequeños laboratorios en México
MÉXICO.- Los hijos de El Chapo establecieron una red de laboratorios que produce cantidades a gran escala de fentanilo para ser traficado en Estados Unidos, de acuerdo con un acta acusatoria del 14 de abril en Manhattan.
El fentanilo se convirtió en uno de los opioides sintéticos más potentes. Al año mata a más estadounidenses que en las guerras de Vietnam, Irak y Afganistán juntas, por lo que políticos de Estados Unidos sugieren que cárteles sean catalogados como organizaciones terroristas y que el Ejército estadounidense intervenga en México.
El analista Alejandro Hope, recientemente fallecido, declaró que son muy pocas las personas que deliberadamente buscan fentanilo.
“Como me dijeron unas personas del Departamento de Estado, tenemos que replantear el problema del fentanilo; no es un problema de drogas”
Hope pronosticó que el fentanilo sea un tema influyente en las elecciones estadounidenses del año próximo.
Hace más de 20 años, médicos empezaron a recetar ampliamente el opioide sintético oxicodona, pero debido a la actuación para no hacerlo, los usuarios la cambiaron por heroína, suministrada por el Cártel de Sinaloa. Ahora, realizaron el cambio por una red de pequeños laboratorios fácil de ocultar para la producción de la droga sintética.
Los llamados “cocineros” pueden llegar a prensar fentanilo en 100 mil pastillas falsificadas para engañar a los estadounidenses, haciéndoles creer que están tomando Xanax, Percocet u oxicodona, de acuerdo con la imputación. La producción varía considerablemente dependiendo del método y la habilidad del fabricante.
Los Chapitos han recurrido a la extrema violencia. Iván Archivaldo Guzmán Salazar y Jesús Alfredo Guzmán Salazar son los principales acusados entre 23 socios comerciales en Nueva York.
Ovidio Guzmán López, alias El Ratón, que supuestamente impulsó al cártel hacia el fentanilo y acusado en otra acta en el mismo distrito, fue arrestado en México el pasado enero y el gobierno estadounidense ha solicitado su extradición; mientras que Joaquín Guzmán López está acusado en el Distrito Norte de Illinois.
La acusación de los hermanos Guzmán Salazar detalla su afición a alimentar con enemigos a sus tigres y describe cómo torturaron a dos agentes federales mexicanos, desgarrando los músculos de uno de ellos con un sacacorchos y rellenando los agujeros con chiles para después balearlo.
El acta de acusación también detalla algunos hechos violentos recientes en México, aunque el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que el fentanilo no se produce en el país.
Expertos declaran que López Obrador es un obstáculo en el intento de frenar la producción de fentanilo del cártel, luego de acusar a Washington de «espionaje» e «intromisión abusiva».
Con información de AP