Las hipocresías de las tradiciones en un mundo de ignorancia
Tercera Parte
Compilados
SAN ANDRÉS.- En continuidad con la información de la escritora Sofía Guadarrama Collado, quien en sus redes sociales, no solo describe en México de ayer, con el de hoy, sino, la otra cara de las tradición en épocas de necesidades políticas y sociales en las diferentes etapas de la historicidad en México y a referencia en las redes sociales de la escritora, refiere que:
“ORIGEN CATÓLICO, El 2 de noviembre (originalmente 1º de noviembre) fue impuesto por el Papa Gregorio III, en el año 741, para celebrar el Día de todos los Santos y Todas las Almas; exactamente lo mismo que celebraban los ingleses en la iglesia anglicana, llamado All Hallow’s Eve, (Vigilia de Todos los Santos), que en Estados Unidos transmutó en Halloween.
En el siglo X el Abad de Cluny de Francia inventó Las fiestas de Todos los Santos y de Fieles Difuntos, para celebrar a los santos y mártires anónimos, que habían muerto en los primeros tiempos del cristianismo y que no tenían celebración en el calendario ritual católico. En el siglo XIII, la Iglesia romana formalizó la celebración en el calendario litúrgico.
En el día de Todos los Santos, colocaban un inmenso altar para exhibir las reliquias de personajes santos: huesos, cráneos, tierra de donde fueron enterrados o ropa”.
Continúa el escrito:
EL ORIGEN DEL ALTAR DE MUERTOS
El altar de muertos tiene origen europeo y no prehispánico.
En la fiesta de Todos los Santos, se llevaba a cabo una peregrinación, iglesia por iglesia, hasta llegar a la catedral, para ganar indulgencias. El número de reliquias visitadas era equivalente a los años de perdón obtenidos. En su camino compraban pan o dulces de azúcar, a forma de reliquia. Actualmente se pueden conseguir en estas fechas calaveras y panes con forma de hueso de Todos Santos. Al llegar a la catedral, el sacerdote bendecía estos panes y dulces para que los feligreses los colocaran en sus casas, generalmente en la mesa junto al santo familiar.
En los reinos de León, Aragón y Castilla preparaban dulces (con forma de huesos, cráneos y hasta esqueletos completos) y panes (con forma de niños cubiertos con azúcar rosada o panes redondos con los huesos alrededor) para la celebración del día de Todos Santos, a los que llamaban «alfeñiques», los cuales sólo podían comprarlos la gente adinerada. Dicha costumbre se exportó de España y Nueva España.
No sólo México tiene la creencia que los parientes visitan el hogar en el día de muertos, también en Venezuela, Perú, Chile, Argentina, Sicilia e Italia”.
Se pregunta nuevamente la escritora y varios lo hemos hecho:
“¿CUÁNDO SURGIÓ LA LEYENDA DE QUE EL DÍA DE MUERTOS TENÍA ORIGEN PREHISPÁNICO?
En el gobierno de Lázaro Cárdenas, un grupo de intelectuales dijo que El día de Muertos tenía origen prehispánico y el presidente Lázaro Cárdenas lo estableció tal cual ya que México acababa de salir de la guerra cristera (una guerra entre el gobierno federal y la iglesia católica) y necesitaba una reconciliación con la iglesia católica.
Así pues las tradiciones son como la creación del doctor Víctor Frankenstein: un monstruo hecho de los restos de cadáveres. Probablemente dentro de cien años el desfile del día de muertos que nos heredó la película “Spectre 007”, será uno de los eventos más populares de México y la gente creerá que se hacía desde tiempos de los mexicas.”
Entonces, “en su libro» Tlatoque, somos mexicas», narra parte de esta referencia propia de la autora.
Continúan los escritos referenciales en su misma red social:
“¿Sabías que el día de muertos lo establecieron los españoles?
Se celebran el 1o. y 2 de noviembre. El día 1o. se recuerda a todas las almas (de santos conocidos y anónimos) que según la tradición cristiana se encuentran en la gloria. De acuerdo con Elsa Malvido, la celebración del Día de Muertos en la actualidad no debe verse como una derivada íntegramente de prácticas prehispánicas. Por el contrario, varios de sus elementos distintivos tienen su origen en costumbres vigentes en Europa al momento de la conquista. La celebración de Todos Santos el día 1o. de noviembre se inició en el siglo XI por iniciativa del abad de Cluny, y se buscaba honrar así a la multitud de creyentes que habían muerto en los primeros tiempos del cristianismo. A partir del siglo XIII, la Iglesia romana formalizó su presencia en el calendario litúrgico.
En los reinos católicos de León, Aragón y Castilla se tenía la costumbre de preparar para la celebración del día de Todos Santos ciertos alimentos como dulces y panes que imitaban las reliquias (los huesos que se suponía habían pertenecido a los santos). Esas réplicas en dulce de los huesos podrían ser canillas con miel, aunque hubo otras que semejaban distintas partes del cuerpo: cráneos, astillas de hueso y hasta esqueletos completos. En España y Nueva España, a esos dulces que imitaban las reliquias de los santos se les llamó alfeñiques, de los cuales los más demandados eran los que elaboraban las monjas de Santa Clara y San Lorenzo.
Éstos sólo podían adquirirlos los ricos, por lo que el resto de la población compraba los que se hacían en moldes de barro con azúcar derretida. También se elaboraban panes con forma de niños cubiertos con azúcar rosada o panes redondos con los huesos alrededor. El establecimiento del 2 de noviembre como día de los fieles difuntos ocurrió en el siglo XIV, a consecuencia de la mortandad ocasionada por las epidemias que asolaron Europa en ese entonces.
Enrique Vela. Arqueólogo por la ENAH, editor, desde hace 30 años trabaja en el ramo editorial.
Vela, Enrique, “Días de Muertos”, Arqueología Mexicana, edición especial núm. 77, p. 82.”
Texto inédito de redes sociales.
Continuará.