CHOLULA.- Hola, me llamo Juan y soy alcohólico. Los saludo deseándoles veinticuatro horas de sobriedad.
A continuación, les comparto mi experiencia de cómo llegué a Alcohólicos Anónimos. Recuerdo que estaba crudo en la mañana y en la tarde decidí asistir al Grupo, que por cierto, ya sabía en donde estaba. Llegué bien crudo al Grupo e intoxicado por el mismo alcohol, ya se imaginarán con que incertidumbre entré.
Entré al Grupo y me recibió uno de mis compañeros con tanto afecto y sencillez, que me asombró bastante, y pues para ser sincero, me sentí muy bien. Yo traía en mente que solamente me quedaría una semana y después me iría, pero fue entonces cuando descubrí algo tan maravilloso, , participé en la tribuna el segundo día y empiezo a hablar sobre lo que me ponía mal, o al menos una parte de ello.
Me sentí bien, como que le quité un poco de peso a mi costal de resentimientos, por lo que empecé a sentirme más ligero y con un poco de paz. Fue entonces que me entró una espinita, aquí podría encontrar la solución a mis problemas y resentimientos. Pasé la semana que me había puesto como prueba y el siguiente lunes me volví a presentar, descubrí que AA tiene todo lo que yo necesito hoy en día. Cada vez me siento mejor, en primera porque no tomo y en segunda porque he descubierto que empiezo a cambiar mis modales, ya que era una persona muy explosiva y muy egocéntrica.
Gracias a Dios, comienzo a cambiar en todos los aspectos. Tiene poco tiempo que me apadriné, y para mí, encontrar un buen padrino que me apoyara mucho y me escuchara cuando lo necesito, fue la mejor ayuda que Dios pudo poner frente a mí.
Me gusta cómo voy hasta el día de hoy. Espero les guste mi pequeña historia ya que soy nuevo, y aparte no tuve estudio, pero esto me sale del corazón.
Compañeros, hoy tengo 3 meses de ingreso. Les doy las gracias por su atención y felices veinticuatro horas.