El Shampoo

Por Nancy LUNA SORCIA

CHOLULA.- Fue hace 121 cuando el primer shampoo revolucionó la historia en productos de cuidado para el cabello, fue Schwarzkopf, marca reconocida mundialmente y que adopta el apellido de su fundador.

Se trataba de un jabón para el cabello creado por químico y farmacéutico Hans Schwarzkopf mientras se encontraba en su droguería en Berlín, Alemania, inaugurada en 1898.

En la pequeña droguería creó el primer shampoo en polvo; mismo que lanzó al mercado en 1903 con un costo de 20 centavos.

Este innovador producto se disolvía en agua y por ser más accesible en costo, se hizo más popular que las pastillas de jabón que existían en ese entonces.

En 1927 Schwarzkopf lanza el primer shampoo líquido en el mercado europeo y en años posteriores, se lanzaron más productos para el cuidado del cabello, entre los que destacan los tintes permanentes.

Más adelante, en 1974, presentan el “Método Schwarzkopf”, que consiste en usar shampoo, acondicionador y tratamiento para el cabello.

En 1995, Henkel adquiere Schwarzkopf y desde entonces se convierte en la marca líder europea en productos para el cabello.

Antes de eso…

El cuidado del pelo era importante también en Antigua Grecia, cuyas mujeres lo teñían hace dos mil quinientos años y lo adornaban con flores y hojas de laurel. Pero el cuidado más importante era el lavado; para ello se utilizaban sustancias exóticas, como la yoyoba, hierbas aromáticas, agua de flores. Sabían que para lavar el cabello era necesario eliminar la grasa. Cosa que consiguieron mediante un champú primitivo a base de jugo de limón. Ya que el ácido cítrico descompone eficazmente la grasa del cuero cabelludo.

Fueron ellos, quienes aplicaron al cabello un líquido compuesto de agua hervida, zumo de limón y sustancias aromáticas.

Del mismo modo, los nobles y generales asirios lucían elaborada y reluciente pelucas en ensortijadas cascadas mientras sus mujeres sujetaban su abundante cabellera natural con bandas de colores.

También la mujer israelita de la antigüedad recogía su cabello en redecillas adornadas con prendedores de metal en forma de media luna, y perfumaban el pelo antes de entrar en el lecho matrimonial.