CHOLULA.- Claudia Sheinbaum fue declarada oficialmente Presidenta electa. Inmediatamente una de las mujeres más lúcidas de lo que queda del otrora ogro filantrópico, Beatriz Paredes, declaró que espera “que tenga altura de miras y se convierta en presidenta de todos los mexicanos, no sólo de afines a su movimiento.
Abundó, “ojalá recuperemos los mexicanos a una titular del poder ejecutivo que sea interlocutora de todos y no solo interlocutora de los afines, ojalá exista la posibilidad de que la primera mujer Presidenta tenga la grandeza de la autocrítica y no solo la posibilidad de mirarse al espejo con una sonrisa”.
Sus argumentos fueron contundentes: la jefatura del Estado mexicano trasciende a la Presidencia de la República y a la titularidad del poder ejecutivo
Además, la lideresa de los priistas en el Senado, deseó que los correligionarios de Claudia Sheinbaum “tengan la sabiduría para que el elogio fácil y la cortesanía, que es una de las debilidades enormes de nuestro sistema, no enceguezcan su inteligencia, que la tiene, y le permitan asumir la responsabilidad como presidenta de la República para que sea jefa del Estado mexicano y presidenta de todos los mexicanos”.
Advirtió que son muchos los desafíos que enfrenta México en el siglo 21, para ello, dijo, “se requiere de la fuerza, de la comunión, de la convocatoria a todos los mexicanos para restablecer el pleno estado de derecho en todos los territorios y que no haya la presencia del crimen organizado en algunas regiones de nuestro país”.
Remató: los mexicanos y su próxima Presidenta deberán enfrentar “con dignidad y señorío la posible presencia del candidato Trump si se enceguecen los norteamericanos y votan por ese individuo”. (Cfr. Sergio Ramírez; La Razón; 15/08/2024).
Lo que más me gustó de este reportaje, fueron las palabras finales de la senadora Paredes: se requiere conducir este país con respeto a la libertad, imaginación política.
Sin embargo, el PRI está secuestrado por los peores
Los priistas pensantes, que todavía los hay, deberían estar felices por contar con una lideresa tan sensata y brillante como Beatriz Paredes, sin embargo, la realidad es que el PRI, el instituto político que gobernó México por mas de 80, años, está secuestrado por una oligarquía escandalosamente corrupta.
Qué digo oligarquía, se trata de una pésima dirigencia, el PRI, está gobernado por una verdadera oclocracia (el gobierno de los peores). Y el que lo dude no tiene que hacer otra cosa más que revisar los resultados de su último presidente, Alejandro Moreno (alias Alito).
De 2019 a la fecha el PRI ha perdido alrededor del 80 por ciento de su militancia y 10 gubernaturas.
Pero lo más grave es que Alito, ha sido señalado por un sinfín de actividades escandalosas. Lo más grave es que pesa sobre el ex gobernador, un proceso de desafuero, promovido por la Fiscalía de Campeche.
Además, han sido los propios priistas los que más duramente lo han criticado: la propia Beatriz Paredes, Osorio Chong, Coldwell y Beltrones entre otros.
Así, el PRI se perfila hacia la extinción, está viviendo la misma lenta agonía que sufrió el PRD en manos de “los chuchos” debido o a la desmedida avaricia y arrogancia de Alito.
Hoy el PRI es la quinta fuerza política a nivel nacional, por debajo de Movimiento Ciudadano y del mismísimo Partido Verde, al que muchas veces cobijó. Su fuerza política es ya significativamente paupérrima: 7% en la cámara de diputados y 13 en la de senadores.
Está terrible realidad es la que hace que las palabras que le dedicó la senadora Beatriz Paredes cobren una gran fuerza política: lo que está haciendo, a fin de cuentas, es corroborar que vamos a contar con una gran estadista en la Presidencia de la República: la Dra. Claudia Sheinbaum, ya que las recomendaciones y buenos deseos de la Paredes no son más que atributos inminentes.