Por Aldo COSTILLA ROJAS
CHOLULA.- Hace algún tiempo comenté en este medio sobre las innumerables oportunidades que tiene San Pedro Cholula en materia turística. Tras un viaje a San Miguel de Allende en Guanajuato, reflexioné sobre el potencial turístico que estamos desaprovechando y sobre las grandes oportunidades que tenemos para convertir a nuestro pueblo mágico en un referente turístico aún más importante y no solo en la idea sino en la práctica mejorar la calidad de vida y bienestar de quienes habitamos este municipio.
Recientemente, platicando con un empresario cholulteca, cuya entrevista ya fue publicada, coincidimos en la gran tarea que tenemos de frente.
El desarrollo turístico trae consigo crecimiento económico, más oportunidades y mejoramiento en los servicios e infraestructura municipal. Desde mayores recursos en las aportaciones federales hasta más ingresos en comercios y servicios y más recaudación fiscal, la presencia de visitantes es una pedrada al agua que salpica a más personas, lo que en consecuencia significa más para todos.
Este fenómenos económico requiere una planeación que involucre a los empresarios, quienes ofrecen hospedaje, servicios restauranteros, banquetes, actividades turísticas, transporte y diversión y al gobierno municipal que genere las condiciones necesarias para la recepción de turistas y que con el aumento la recaudación también pueda ofrecer mejores servicios municipales, como mantenimiento a las vialidades, seguridad pública, embellecimiento del municipio, atención a población marginada e inclusión de los sectores con menores oportunidades. Es decir, el municipio debe dar resultados para que los habitantes vivan los beneficios de la industria turística.
Por poner un mal ejemplo, pues los casos malos son ejemplos, en Santa Clara Ocoyucan el aumento de fraccionamientos no ha traído ningún beneficios a los habitantes de ese municipio pues la recaudación por predial es muy baja, así que no hay recursos adicionales para la inversión pública; peor si le añadimos la corrupción.
En el caso del buen desempeño de la actividad turística, es al revés: más ingresos, más dinero circulante, entonces más bienestar. Ahora, la fórmula no es infalible, el crecimiento en esta área debe estar acompañado de más empleos y mejor pagados porque ahí está el talón de Aquiles de muchos empresarios: sí exigen más servicios gubernamentales y más actividad pero no mejoran los pagos a sus trabajadores y en el peor de los casos no respetan la normatividad laboral.
Es mucho pedir, lo sé, pero de cara al proceso electoral este tema debe ser fundamental en el debate político y voltear a ver al perfil que mejores propuestas genere al respecto.