Por: Angélica De los Santos
«… la poesía es una actividad colectiva. El poema sin lector es inconcebible, no existe.
CHOLULA.- El poema necesita al lector para ser, para terminarse, para hacerse del todo… El autor lo que hace es una propuesta, un texto; y esa propuesta o ese texto exige la respuesta del lector.»
María Mónaco
El vocablo LECTOR en su etimología es de procedencia latina bajo denominación «lector» con el mismo significado; persona que lee un texto escrito, en este sentido la palabra es mayormente usado para referirse a aquellas personas que presentan un importante interés por la actividad de la lectura, la cual los lleva a estar constantemente leyendo aquellas obras o materiales de su interés.
Ser lector no es sólo saber leer, es decir, conocer los mecanismos que posibilitan unir las letras en sílabas, éstas, en palabras, y las palabras insertadas correctamente en oraciones, ni siquiera es conocer las reglas gramaticales más elementales. Con todo eso sabremos leer, pero no seremos lectores: las personas se convierten en lectores cuando son capaces de explorar y descifrar un texto escrito asociándolo a las experiencias y vivencias propias.
Hablemos ahora del BUEN LECTOR, este se hace, no nace, pues la lectura no es un don natural, sino un arte. Es el que empieza a serlo antes de empezar a leer, cuando oye ensimismado las historias que le cuentan su padre, o su madre, o sus abuelos. Debe tener memoria, imaginación, cierto sentido artístico y un diccionario al lado, como decía Vladimir Navokov.
El buen lector hace suyos los DERECHOS DEL LECTOR enunciados por Pennac:
– Derecho a no leer.
– A saltarse las páginas.
– No terminar un libro.
– A releer.
– Leer lo que sea.
– El derecho a leer donde sea
La lectura tiene que asumir nuevos retos en estos tiempos donde la tecnología tal pareciere se apodera de nosotros que abren el tercer milenio; y esos retos van a exigir lectores capaces de responder a los mismos desde la libertad y la autonomía crítica que le confieren su condición de lectores competentes. En cualquier caso, quizá tengamos que hablar ya de dos tipos de lectores:
1. El lector tradicional, lector de libros, lector competente, lector literario que además, se sirve de los nuevos modelos de lectura; como la lectura en internet y a través de los nuevos dispositivos de lectura.
2. El lector nuevo, el consumidor fascinado por las nuevas tecnologías, enganchado a la red, que sólo lee en ella: información, divulgación, juegos, que se comunica con otros (chatea), pero que no es lector de libros, ni lo ha sido tampoco antes. Es un lector que tiene dificultad para discriminar mensajes y que, en ocasiones, no entiende algunos de ellos. ¿Qué tipo de lector eres?
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