Por Nancy LUNA SORCIA
CHOLUJLA.- La palabra jarrón es utilizada para definir a un envase, diseñado con apariencia de vaso alto, o jarro que cumple funciones decorativas. Su presentación generalmente es lisa con algunas decoraciones independientemente si son hechos de metal, cerámica, vidrio, etc. Los jarrones son elementos muy usuales dentro de la arquitectura, sirviendo como adorno en los jardines, en el interior de los salones y en los acabados de los edificios. Para la decoración de interiores los jarrones más valorados, por su delicadeza y antigüedad, son los chinos, ya que son elaborados con una fina porcelana, sus precios pueden llegar a ser impresionantes en las subastas de arte.
Los primeros floreros que conocemos no eran decorativos, sino que se usaban para
almacenamiento. Los jarrones más antiguos que han sobrevivido hasta nuestros días se remontan hasta la Edad del Bronce, donde tenemos evidencia de que los jarrones se utilizan para contener grandes cantidades de grano y aceite.
La forma redonda de jarrones como estos sugiere que se hicieron en una rueda giratoria de cerámica, lo que permitió que los jarrones se hicieran en forma circular. Las primeras ruedas giratorias conocidas utilizadas para la creación de jarrones se han encontrado en Mesopotamia y datan de 3000 a. C
Se cree que los antiguos egipcios fueron la primera civilización que utilizó jarrones con fines decorativos. De hecho, fue en el antiguo Egipto que tenemos la primera evidencia de jarrones que se utilizan para almacenar flores, como lo hacemos hoy. Sin embargo, estos jarrones eran bastante básicos en forma y diseño.
Fueron los antiguos griegos los más conocidos por haber producido hermosos floreros que podían ser decorativos y funcionales.
Los griegos tenían varios usos diferentes para sus jarrones, pero su descubrimiento de nuevas formas de decorar estos jarrones significaba que adquirieron nuevos significados simbólicos.
Los jarrones griegos antiguos tenían diferentes nombres, según sus usos. Las ánforas se usaron para almacenar alimentos, aceite y vino, la hidria para almacenar agua, alabastra fueron pequeños recipientes para almacenar aceite y perfume, y grandes kraters para mezclar vino con agua.
el jarrón puede presentarse por sí mismo, como símbolo y forma, o como complemento dentro de un conjunto escultórico. En el primer caso ha llegado a competir con otras piezas artísticas en las galerías de los grandes palacios imperiales, como el de Versalles en Francia, el de Buckingham en Inglaterra, el Palacio Real de Madrid o el de Nápoles en Italia, (entre otros muchos).