Por Edmundo TLACUILO ALMAZÁN
CHOLULA.- De acuerdo con estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, en 2019, cerca de los mil millones de habitantes en el planeta (uno de cada cuatro) no pudieron alimentarse con la regularidad, calidad y suficiencia requeridas; y esa situación está creciendo paulatinamente en los últimos años; pese a que en 2015, los gobiernos de los países miembros de ese organismo firmaron la Agenda del Desarrollo Sostenible, cuyos principales objetivos son erradicar la pobreza e instrumentar políticas de combate al hambre, ésta expresión más aguda de la pobreza, una lacra social y una de las más grandes calamidades de nuestro tiempo, sobre todo cuando es crónica. Su prevalencia contrasta con el incremento en la producción de prácticamente todos los grupos alimentarios en cantidad suficiente para satisfacer el hambre de las personas que la padecen, y a cuya grosera carencia se ha añadido el impacto de la pandemia de covid-19.
En 2018 se estimó que cerca de 10 millones de mexicanos padecían hambre croica y que 15 de cada 100 eran vulnerables a esta ora pandemia. A pesar de la dimensión del problema, el gobierno de la Cuarta Transformación” (4T) “dinamito” l ya pobre sistema de contención del hambre que había en los comedores comunitarios, als escuelas de tiempo completo y con su particularmente desastrosa gestión contra la pandemia, cuyos efectos negativos se extenderán por largo plazo. El Consejo Nacional de Evaluación de la política de Desarrollo Social, (CONEVAL) estima que la pobreza extrema ha crecido ex potencialmente y que hoy afecta 31 millones de mexicanos, es decir, uno de cada cuatro de la población total. Durante la cuarentena según la Organización de las Naciones Unidas para la Atención de la infancia, UNICEF, los niños y adolescentes de uno de cada tres hogares mexicanos padece hambre y solo una de cada cinco familias goza de seguridad alimentaria.
El capitalismo produce mercancías con el fin último de obtener ganancias por encima de la recuperación de sus inversiones, sin importar que tales bienes sean alimentos básicos, los cuales solo pueden adquirirse en el mercado a cambio de dinero. Las mercancías no son sino el producto de la fuerza física de los trabajadores, quienes se emplean a cambio de un salario que permite su reproducción, pero no mejora su situación social. En el sistema capitalista, la vida de los seres humanos salo importa en la medida en que es necesaria para el enriquecimiento ilimitado del dueño de capital. Esta es la causa poo la que las sociedades en las que el capitalismo prevalece terminan por polarizarse entre los trabajadores y los propietarios del capital, que se llenan los bolsillos con cantidades inimaginables de riqueza. El hambre es la violencia más constante que este sistema ejerce sobre la clase trabajadora.
En tiempos de pandemia, la injusticia y la insensibilidad del capitalismo se han hecho patentes no solo contra quienes habitualmente l sufren en sus formas más descarnadas, sino que ahora también la están resintiendo quienes creían estar más o menos protegidos contra ella. El covid-19 ha mostrado que el sistema económico no funciona para el 80 por ciento de la población, aún con sus programas sociales y hoy, más que nunca, plantea la urgencia de que nuestra sociedad advierta que éstos solo son paliativos mal puestos or un gobierno incompetente, y que be revolucionar los fundamentos sobre las que está organizada la producción y la distribución de la riqueza.
Benévolo lector, algunos versos de Octavio Paz.
Nació en la ciudad de México el 31 de marzo de 1914 y murió el 19 de abril de 1998. Estudió poesía hispanoamericana en Estados Unidos y se entregó plenamente a la literatura, en especial al cultivo de la poesía y el ensayo, ámbitos donde muy pronto destacó. Es sin duda el poeta más sobresaliente del grupo que impulso la revista taller y, con el tiempo se convertiría en el poeta y el intelectual más importante de México en el siglo XX, perteneció al servicio diplomático, fue enviado extraordinario y ministro plenipotenciario de la embajada de México en Paris y embajador de México en la India, puesto al que renunció e protesta por la matanza del 2 de octubre de 1968, ordenada por el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, contra loso estudiantes. Poeta extraordinario y ensayista no menos esplendido, e 1963 obtuvo el gran premio internacional de poesía y en 1990 le fue concedido el premio Nobel de Literatura.
Movimiento
Si tú eres la yegua de ámbar
yo soy el camino de sangre
Si tú eres la primer nevada
yo soy el que enciende el brasero del alba
Si tú eres la torre de la noche
yo soy el clavo ardiendo en tu frente
Si tú eres la marea matutina
yo soy el grito del primer pájaro
Si tú eres la cesta de naranjas
yo soy el cuchillo de sol
Si tú eres el altar de piedra
yo soy la mano sacrílega
Si tú eres la tierra acostada
yo soy la caña verde
Si tú eres el salto del viento
yo soy el fuego enterrado
Si tú eres la boca del agua
yo soy la boca del musgo
Si tú eres el bosque de las nubes
yo soy el hacha que las parte
Si tú eres la ciudad profanada
yo soy la lluvia de consagración
Si tú eres la montaña amarilla
yo soy los brazos rojos del liquen
Si tú eres el sol que se levanta
yo soy el camino de sangre