Por: Jorge GÓMEZ CARRANCO
CHOLULA.- En esta ocasión no se trata nada más de una crisis bancaria, tampoco de una sacudida habitual en la oferta y la demanda, se trata de una conmoción para la sociedad en su conjunto.
Lo más importante es que nos centremos en la sociedad, en todo ciudadano trabajador que tiene un ingreso muy bajo, las pequeñas y medianas empresas, los sectores más vulnerables; no enfrentamos a la desprotección laboral, las inminentes quiebras o cierres de negocios y comercios, pérdidas de empleos considero es injusto que todo el peso recaiga en los que menos recursos económicos tienen, debemos evitar que los pobres sean más pobres, y no crear una legión de nuevos pobres.
¿México estará preparado para adoptar medidas de iniciativas de protección social?, ¿de verdad el apoyo está llegando a quienes dependen de ese recurso?
El gobierno estará dispuesto a adoptar las medidas respectivas renunciando al cobro de intereses, cobro de impuesto sobre la renta, cobro de electricidad, servicio de agua potable, tenencias.
No olvidemos a todas aquellas amas de casa que también son obreras, empleadas, que día a día tienen que salir a buscar el pan para sus hijos, hoy en día ellas llevan una carga de manera desproporcionada en el hogar y en la economía en general.
Sin dejar de mencionar a los niños, niñas y adolescentes que de igual manera están pagando un precio caro en estos momentos pues dejaron de acudir a clases presenciales, donde pocos de ellos reciben una educación de calidad, sin las herramientas para enfrentar esta nueva modalidad educativa a distancia, que probablemente algunos de estos niños no tienen alimentos, ni acceso a la enseñanza en condiciones de igualdad, reduciendo la brecha digital y los costos de la conectividad que en este 2021 aumentaron los costos de telefonía e internet.
Debido a las fiestas decembrinas las reuniones, las compras no se pudieron evitar, y esto hizo que se diera una segunda ola de Covid-19, que nos llevó nuevamente al cierra de negocios aparejado con la diminución de las fuentes de trabajo, así como disminución de horarios de los transportes colectivos, etc.
Tuvimos un incremento del costo de combustible mismo que autorizó el gobierno federal a un 3.3% dando pauta al abuso por parte de algunas gasolineras que se elevaron hasta en un 6.6%.
Ahora la cuarentena nos pega doble vez, volviendo nuestras vidas más estresantes y caóticas ya a punto de un colapso social y económico, pues se comenzaron a manifestar en las calles de que quieren trabajar.
Aun con la llegada de la vacuna la gente tiene miedo a la reacción de la misma y dudan en aplicársela o no, temiendo por las reacciones adversas que puedan padecer e ir a parar al hospital y se deteriore su estado de salud.
Nos falta mucha disciplina para acatar correctamente las medidas preventivas sanitarias, pareciera que no hemos aprendido la lección de tener fallecidos por el COVID-19 y ahora estamos pagando las consecuencias de nuestros actos irresponsables que nos están llevando nuevamente al incremento de contagiados y fallecidos por la pandemia. Esto es un problema de todos donde sociedad y gobierno por primera vez deben hacer a un lado diferencias políticas y sociales e ir de la mano .
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