Por Nancy LUNA SORCIA
CHOLULA.- Celebrar una fiesta de cumpleaños es algo que a todos nos gusta. Pero, probablemente no conoces el origen del cumpleaños ni cómo se celebraba en la Antigüedad. Se remonta mucho antes de lo que piensas.
Sabemos que tanto en Babilonia como en Egipto se mantenía un registro de los nacimientos de los
hijos varones de la realeza y la nobleza. En tales ocasiones la celebración iba seguida de regalos y discursos, como cuando en el siglo II a.C.
En Egipto y Babilonia se celebraba el cumpleaños de los varones de la realeza y el de la reina, pero era tabú celebrar el de niños y mujeres.
Cleopatra II, casada con su hermano Tolomeo, recibió de su marido uno de los regalos de cumpleaños más macabros de la Historia: los restos descuartizados de su hijo pequeño. Pero no todas las anécdotas son así de truculentas.
También los griegos celebraban el cumpleaños: solo el del cabeza de familia, nunca el de mujeres y niños.
Imitaban la costumbre egipcia de festejar el día del natalicio de la persona más importante de la casa e imitaban la pompa y boato de los persas, y como éstos elaboraban un pastel de harina de trigo y miel.
En la Antigua Grecia se celebraba el cumpleaños de las divinidades, pero no cada año sino cada mes.
Las fiestas de cumpleaños llenaban de bullicio calles y caminos entre el templo y el mercado, actividad frenética donde se mezclaban espectáculo y religión, fiesta y sexo.
En ellas participaban sacerdotes y sacerdotisas, devotos y autoridades, esclavos y esclavas del templo, o hieródulos al servicio de la divinidad, en cuyo honor se prostituían por amor a Apolo o a Afrodita danzando semidesnudos, coronados de rosas que el visitante pagaba con largueza para así engrosar las arcas del templo.
La poca importancia concedida al hecho de nacer, y la gran importancia que se daba al hecho de morir, hizo que se olvidara la costumbre del registro de recién nacidos, costumbre que no se retomó hasta el siglo XII en las parroquias europeas.
Fue a partir de entonces cuando el pueblo empezó a celebrar el cumpleaños. Cuando empezó a celebrarse el nacimiento de Jesús, a partir del siglo IV, por imitación piadosa también comenzó a celebrarse el cumpleaños, que, aunque muy tímidamente al principio, con el tiempo adquirió importancia.