El Control Remoto
Por Nancy LUNA
CHOLULA.- Así que nos remontamos a hace más de 50 años (1950), justo el momento en que alguien a quien no le gustaba nada levantarse del sofá para cambiar un par de canales, decidió enlazar un controlador a distancia con los mandos de su televisor. Pero lo hizo por medio de cables. Nacía así el primer mando a distancia del mundo, llamado Lazy Bones, y que movía a distancia los controles del televisor con ayuda de un motor. Vamos, alta tecnología para entonces. La empresa responsable de tal hazaña tecnológica fue Zenith Electronics Corporation.
Este Lazy Bones conseguía cambiar de canales, controlar el volumen e incluso apagar y encender el televisor. Pero el cable y la casi nula existencia de canales no auguraban nada bueno para este primer mando a distancia.
Pero el fundador de Zenith tenía claro que la proliferación de canales y sobre todo de molestos anuncios, haría triunfar este tipo de dispositivos. Hacía falta mejorarlo, y todo pasaba por eliminar los cables.
Así fue como llegó el Flashmatic, considerado el primer mando a distancia inalámbrico para televisores, desarrollado por un ingeniero de Zenith, Eugene Polley. Corría el año 1955 y el funcionamiento de este mando era cuanto menos curioso.
En las cuatro esquinas del televisor se dispusieron cuatro células fotosensibles, a las que había que apuntar con precisión de francotirador. El problema es que cualquier otra fuente de luz también modificaba los parámetros del televisor. Un fallo pero que abría de par en par la ventana que nos llevaría a un mando más funcional. O al menos que no fallara tanto como el Flashmatic.
Tras este intento, tan solo un año después, en 1956, Robert Adler ideó el siguiente en la línea de tiempo de los mandos a distancia para televisores. Había nacido el Zenith Space Command, que usaba, en vez de luz, ultrasonidos para comunicarse con el televisor. El invento era todo mecánico: cuando pulsábamos un botón, hacía un chasquido y golpeaba una barra que generaba un sonido con una frecuencia determinada que era detectada por los circuitos del televisor. Os podéis imaginar la de situaciones extrañas que podía generar un equipo con esas características. Entre otras, alteraciones en los perros, instrumentos como el xilófono que podían interferir en la señal o personas especialmente sensibles a este tipo de frecuencias. Pero seguíamos avanzando.
En 1970 se incorporaron más funciones a los mandos a distancia, pues los televisores pedían más opciones además de las básicas. La BBC con su Ceefax Teletext fue la artífice de que se renovaran los equipos con un mando a distancia donde además de cambiar de canal, encender o apagar el equipo y subir y bajar el volumen, pudiéramos introducir las páginas del teletexto y cambiar valores como el brillo y la intensidad de color de la pantalla. La BBC encargó a varios fabricantes mandos con esas características, e ITT fue una de las compañías seleccionadas, la cual más tarde daría su nombre al Protocolo ITT de comunicaciones infrarrojas.
Esa es la principal novedad que presentaron los mandos a distancia de ahí en adelante, y poco más han cambiado. La adopción de la tecnología infrarroja por los mandos a distancia a principios de los años 80 supuso un salto cualitativo importantísimo. Ahora cada instrucción se codificaba y el televisor lo podía entender.
En la actualidad, pocas novedades técnicas se van incorporando a los mandos a distancia. Se piensa más en la usabilidad de estos, el diseño, y el que sirvan para controlar más de un equipo.
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