CHOLULA.- Los nombres que se hallan en la biblia, -especialmente los que se aplica a las divinas personas- no son simplemente títulos vacíos, definen y determinan a la persona a la cual se aplican. El nombre Jesús es aquel con el cual se designa al señor humanamente, también envuelve todo propósito redentor de su encarnación. Entonces él se levantó y tomó al niño y a su madre, y vino a tierra de Israel. S. Mateo 2-21. Y dará a luz un hijo, y llamarán su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. S. Mateo 1-21.
Títulos similares como “El hijo del hombre”. El hijo de María, el hijo de Abraham, el hijo de David, afirman su linaje y sus relaciones humanas, “Señor2, “Dios todopoderoso”, “Padre eterno”, “Emanuel”, “hijo de dios”, indican su deidad, entre estos nombres algunos son determinantes en sus aplicaciones. Otra declaración amplia con respecto a dios como ésta; esta infinidad de ser es la que predica la escritura con respecto a Cristo, no hay nada que será cierto con respecto a dios, en el mismo grado de infinita perfección, es verdad que él tomó forma humana, y que por ello surgen problemas relacionados con su personalidad, a la vez fue de dios y de hombre considerando problemas en la teología propiamente dicha, volvemos a considerar estudiando la encarnación y la vida terrenal del salvador, asunto fundamental Cristo es dios se ha probado esta verdad, la demostraremos de nuevo.
El mismo señor Jesucristo declaró: El que no honra al hijo, no honra al padre que le envió. Juan 5-23. El hijo recibe deshonra cuando se le asigna un lugar inferior al del padre, este deshonor cuando se le asigna un lugar inferior al del padre, este deshonor para el hijo desagrada al padre, y al ministerio cristiano, aunque sea sincero, es verdaderamente vano cuando se desarrolla con el conocimiento de que dios está desagradado, la deidad del padre es admitida universalmente, y admite del mismo modo la deidad del espíritu; se le hace desafío a la deidad de Cristo. Sobre la deidad de cristo no se hubiera presentado si el hijo no se hubiera encarnado, el hecho de que él entró en la esfera humana es el que ha promovido la incredulidad. Por esto, es necesario que se dé el testimonio exacto de la palabra de dios, con toda autoridad. Pero como si el autor divino hubiera previsto que habría tentación de la incredulidad por causa de la incomprensión de esta persona que es a la vez dios y hombre, se ha previsto la más fuerte evidencia con respecto a la deidad de Cristo, la escritura es muy clara y conclusivas en sus afirmaciones con respecto a humanidad.
Su humanidad se revela por el método natural de atribuirle títulos humanos, atributos humanos, acciones humanas y relaciones humanas similarmente, su divinidad se revela, atribuyéndole títulos divinos, atributos divinos, acciones divinas, y relaciones divinas.
Relación eterna.- Así como el lenguaje expresa” el pensamiento, así Cristo es la expresión, el revelador, el manifestador de dios, el término “logos” usado por el apóstol Juan, como nombre de la segunda persona de la Trinidad indica el carácter eterno de Cristo. Como logos, el que era en el principio, él era con dios, y era dios. S. Juan 1-1. Él además se hizo carne. S/Juan 1-14. Por lo tanto, es -según sus funciones divinas, la manifestación de dios el hombre-. En su manifestación no solo estuvo en él, todo lo que puede revelarse con respecto a dios. “Dios nos ama”.