Editorial

Por Mario SALAMANCA RODRÍGUEZ

Jacob con Esaú

CHOLULA.- Jacob siguió su camino, le salieron al encuentro ángeles de dios. Y dijo Jacob cuando los vio: Campamento de dios es este; y llamó el hombre de aquel lugar Mahanaim. Y envió Jacob mensajeros delante de si a Esaú su hermano, a la tierra de Seir, campo de Edom. Y les mandó diciendo: Así diréis a mi señor Esaú, Así dice tu siervo Jacob; con Labán he morado, y me ha detenido hasta ahora, y tengo vacas, asnos, ovejas, y siervos y siervas; y envió a decirle a mi señor, para hallar gracia en tus ojos. Y los mensajeros volvieron a Jacob, diciendo: Vinimos a tu hermano Esaú, y él también viene a recibirte, y cuatrocientos hombres con él. Entonces Jacob tuvo gran temor, y se angustió; y distribuyó el pueblo que tenía consigo, y las ovejas y las vacas y los camellos, en dos campamentos, y dijo: Si viene Esaú contra un campamento y lo ataca, el otro campamento escapará.

 

Y dijo Jacob: Dios de mi padre Abraham, y dios de mi padre Isaac, Jehová, que me dijiste: Vuélvete a tú tierra y a tu parentela, y yo te haré bien; menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con tu siervo; pues con cayado pasé el Jordán, y ahora estoy sobre dos campamentos, líbrame ahora de la mano d mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo, no venga acaso y me hiera la madre con los hijos, y tú has dicho: Yo te haré bien, y tu descendencia será como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud. Y durmió allí aquella noche y tomó de lo que vino a la mano un presente par su hermano Esaú, doscientas cabras y veinte machos cabríos, doscientas ovejas y veinte carneros, treinta camellos paridas con sus crías, cuarenta vacas y diez novillos, veinte asnas y diez borricos, y lo entregó a sus siervos cada manada de por sí; y dijo a sus siervos: Pasad delante de mí, y poned espacio entre manada y manada. Y mando al primero, diciendo: ¿De quién eres? ¿Y dónde vas? Y ¿Para quién es esto que llevas delante de ti?, entonces dirás: s un presente de tu siervo Jacob, que envía a mi señor  Esaú; y he aquí también él viene tras nosotros. Mandó también al segundo, y al tercero, y a todos los que iban tras aquellas manadas, diciendo: Conforme a esto hablaréis a Esaú, cuando le hallareis, y diréis también: He aquí tu siervo Jacob viene tras nosotros, porque dijo: Apaciguaré su irá con el presente que va delante de mí, y después veré su rostro, quizá le seré acepto. Pasó, pues, el presente delante de él, y él durmió aquella niche en el campamento. Y se levantó aquella noche, y tomó sus dos mujeres, y sus dos siervas, y sus once hijos, y pasó el vado de Jacob. Los tomó, pues, e hizo pasar el arroyo a ellos y a todo lo que tenía. Así se quedó Jacob solo y luchó con él un varón hasta que reyaba el alba.

Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, u de descoyuntó el muso de Jacob mientras con él luchaba, y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices, y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió, Jacob, y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel, porque has luchado con dios, y con los hombres, y has vencido. Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu hombre, y el varón respondió ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peñiel, porque dijo: Vi a dios cara a cara, y fue librado mi alma, y cuando había pasado Peñiel de Israel, hasta hoy día, del tendón que se contrajo, el cual está en el encaje del muslo, porque tocó a Jacob este sitio de su muslo en el tendón que se contrajo. “Dios nos Ama”.