De tentaciones y otras cosas 

Alejandro Mario Fonseca 

A mí querida sobrina Larisa 

Resulta que regalé uno de mis tesoros, el libro El jardín de la tentación  (Plantas que curan, plantas que matan y plantas que enamoran). Se trata de un hermoso texto escrito por un periodista británico, David C. Stuart, que actualmente se dedica a la botánica.

Todavía se puede conseguir esta encantadora obra publicada por Océano en el 2007. Se trata de una edición de lujo, que extraño mucho y que voy a volver a comprar, se lo regalé a una sobrina muy querida (Larisa) hace no mucho. El libro está excelentemente ilustrado a todo color, vaya, se trata de una verdadera joya.

Con relación a esto recuerdo El Paraíso Terrenal con la Caída de Adán y Eva, que es una pintura de 1617 realizada por Peter Paul Rubens y Jean Brueghel el Viejo. Está albergada en el museo La casa de Mauricio, en los Países Bajos. La pintura describe el momento justo antes del consumo de la fruta prohibida y la caída de hombre.

Adán y Eva se representan debajo del árbol del conocimiento del bien y del mal, donde crecen varias frutas. En el lado opuesto está el árbol de la vida, también cargado con fruta. La escena es una referencia al Génesis 2:8–14. Un mono, que muerde una manzana a la izquierda, simboliza el pecado. 

 Es una obra cargada de simbolismo, en la analogía, el mono próximo a Adán es un ser impetuoso que no puede resistir la tentación, mientras que el gato cercano al pie de Eva representa la astucia, la  crueldad.​ En el simbolismo cristiano, varios racimos de uva en el follaje detrás de Adán y Eva representan la muerte de Cristo en la cruz, así como el vino representa su sangre.

¿Por qué Dios nos hace sufrir? 

Conviene también recordar un hermoso texto, El paraíso perdido, un poema narrativo de John Milton (1608-1674), publicado en 1667, considerado un clásico de la literatura inglesa que ha dado origen a un tópico literario muy difundido en la literatura universal.

También, en mi pequeño tesoro cuento con una edición de lujo, ilustrada por Gustavo Doré, un excelente resumen editado por Edimat Libros. El original es inmenso, está dividido en doce libros y sobrepasa los 10 000 versos escritos sin rima.

El poema es una epopeya acerca del tema bíblico de la caída de Adán y Eva. Trata, fundamentalmente, sobre el problema del mal y el sufrimiento en el sentido de responder a la pregunta de por qué un Dios bueno y todopoderoso decide permitirlos cuando le sería fácil evitarlos. (Cfr. Wikipedia.com)

Milton comienza expresando el fin de “justificar los caminos de Dios” respondiendo a través de una descripción psicológica de los principales protagonistas del poema: Dios, Adán, Eva y el Diablo, cuyas actitudes acaban por revelar el mensaje esperanzador que se esconde tras la pérdida del paraíso original. En el poema, el cielo y el infierno representan estados de ánimo antes que espacios físicos.

La obra comienza en el infierno (descrito mediante referencias a la permanente insatisfacción y desesperación de sus habitantes), desde donde Satanás (definido por el sufrimiento) decide vengarse de Dios de forma indirecta, esto es, a través de los seres recién creados que viven en un estado de felicidad permanente.

Pero más allá de la fruta diabólica y el consecuente castigo divino; y del sufrimiento al que nos condena un Dios todopoderoso, desechando la opción de impedir el sufrimiento creando seres perfectos, a su verdadera imagen y semejanza; regresemos a lo que nos regala la Madre Tierra: El jardín de la Tentación. 

El jardín de la tentación 

A lo largo del tiempo el hombre ha buscado plantas por todo el mundo con fines diversos: curar enfermedades, aliviar la mente, suscitar amor, provocar sueños curiosos…

El periodista y botánico David C. Stuart cuenta la historia de esa larga e inquietante búsqueda, y de cómo el mundo de las plantas y el humano se han influido recíprocamente.

Pero ésta no es sólo una historia de bálsamos calmantes y curas heroicas; muchas plantas tienen un lado oscuro que equilibra la luz. La mayoría de las que configuran este jardín de la tentación son poderosas y sus efectos son de doble filo, tanto pueden sanar o aliviar como matar o esclavizar al hombre.

Stuart nos regala numerosas historias asombrosas de cómo el hombre ha ido cayendo a lo largo del tiempo en un mundo de tentaciones: poder, seducción, dinero… En efecto la búsqueda de nuevas plantas ha provocado guerras, contribuido a establecer rutas comerciales internacionales pero también ha engendrado fortunas y nuevos amores.

Si aquí en México, otrora tierra de hermosos jardines y abundante agua, ya no podemos disfrutar de la enorme diversidad de plantas que en tiempos de la Colonia fueron tan apreciadas por los europeos, por lo menos dediquémosles un poco de atención y estudio.

En busca de la felicidad

Ahora que en nuestro país se acaba de legalizar el “uso lúdico de la marihuana”, conviene leer este texto que de manera amena nos instruye sobre el origen de la cannabis y de otras plantas similares.

La cannabis​ es una droga depresora del sistema nervioso. Contiene dentro de sus compuestos la molécula de THC, la cual es el componente psicoactivo o psicotrópico de la planta de la cannabis, utilizada popularmente con fines recreativos y medicinales.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, se trata de la sustancia ilícita más utilizada en el mundo. La regulación legal del cannabis es diferente en cada país, y existen tanto detractores como defensores de su despenalización.

Esta planta y muchas otras (el peyote, que consumen todavía los huicholes, es una de las más famosas)  de las que nos habla el libro, están siendo estudiadas por farmacólogos que opinan que sus  sustancias activas pueden desempañar algún papel importante en el desarrollo de nuevos fármacos psicoterapéuticos.

Este artículo muy bien pudo haberse llamado En busca de la felicidad, pero quise destacar la intención original que le da el autor en que me estoy apoyando. Y es que eso que llamamos felicidad es lo que buscamos todos, incluso los drogadictos y hasta los que se ahorcan.

 ¡Qué feliz sería si fuese feliz! Nos dice Woody Allen en una de sus más célebres y jocosas expresiones. Pero ¿qué es la felicidad?