Por Octavio RODRÍGUEZ FIGUEROA.
CHOLULA.- Siempre hubo y hay, discriminación en la aplicación de las leyes y como consecuencia de la justicia. Para ejemplo, basta ver cómo se desarrollan los procesos legales para “MACHUCHONES” Y JUAN PUEBLO. Para los primeros, se toman en cuenta todos los detalles de todas las leyes y para los segundos solo basta que lo agarre el policía y va directo a la cárcel.
El proceso que se sigue al C. Cabeza de Vaca, es más que ilustrativo, donde hay minucias y hasta un grupo de gobernadores se mueven en su apoyo, para dejarlo limpio y puro ante la justicia, no obstante que es evidente su línea delictiva. Son procesos largos y enredosos, que muchas veces, no culminan en una sentencia justa, sino al contrario, les quitan culpas, les regresan lo que robaron y les garantizan una feliz vida, junto a sus familiares.
El que Hace la ley, Hace la Trampa
Y es tan real esto, que existen delincuentes a los que jamás se les hizo un juicio y viven tranquilos, como es el caso del ex-presidente Luis Echeverría, a quien se le atribuyen muchísimos, asesinatos y desaparecidos de mexicanos, cuando fue Secretario de gobernación de Díaz Ordaz, cuando la famosa “Guerra sucia”, además de lo de Tlatelolco.
Cuando ya de presidente realizó una gira por Guerrero, solo escuchó reclamos de familiares y se calculaban entre unos y otros, NO 43, NO 100, sino 800 entre muertos y desaparecidos, que jamás se supo de ellos y el tiempo los ha enterrado. Fue cuando a los luchadores sociales los lanzaban en alta mar, cuando la represión y tortura tuvo su máxima expresión, pero las leyes enredosas lo siguen protegiendo y vive plácidamente su vejez, en su residencia. En cambio muchos luchadores sociales, desaparecieron y purgaron encarcelamientos injustos. Pero eso nunca ha importado, ya el tiempo los sepultó y la ley sigue siendo discriminatoria, INJUSTA.