(colaboración anónima)
Querida Familia, Amigos, Compañeros de Andanzas, Enemigos, Gente que no me conoce o cree conocerme, es mi deseo escribirles estas palabras para que estén tranquilos.
Yo elegí mi camino y mi profesión por vocación. Hoy me toca estar en peligro, en riesgo, tentando al destino al exponerse a lo que hoy es considerada una pandemia, Si, tengo miedo, no quiero ir a trabajar porque pienso que si me contagio y muero no podré hacer tantas cosas con las que soñé, pero más miedo me da es que Uds. o un ser querido se contagien y yo no pueda hacer nada por salvarlos, Yo no quiero que ustedes sean un número más en las cifras, ni quiero que sean incluidos en las frívolas estadísticas que sólo alimentan el pánico colectivo.
Me enseñaron a tener un corazón grande, tan grande que puedo poner al servicio de la gente, mis conocimientos para ir en ayuda del que más lo necesita, y hoy el mundo entero nos necesita, a todos los profesionales de la salud. Eso arriesga mi vida, pero es un desafío que estoy dispuesto a aceptar.
Si yo me llego a ir, créeme que será con el honor de haber servido como un agente de combate, que jamás bajó sus brazos ni se rindió. No tengo capa, pero quiero quedar en sus memorias como un héroe, que su único súper poder era saber cuidar del enfermo, del desamparado y del sin esperanzas.
Quiero que esto pase y recordarlo como un mal momento. Pero si no es así, en mi caso abraza mis uniformes y llénate de orgullo.
Toma consciencia, quédate en casa, que yo saldre por ti al igual que los medicos, paramédicos, enfermeras, personal de protección civil que estamos comprometidos con nuestra gente y nuestro querido México.